Parteaguas

¿Viene una baja en las tarifas eléctricas?

Pues ya falta menos para que el precio de la luz, en particular en la península, donde ha subido más, se reduzca, pero no durará mucho, explica Jonathan Ruiz.

Dicen que muy pocos lo notaron y quizá ya nadie se acuerda. Las tarifas eléctricas bajaron dramáticamente durante el invierno para fábricas, comercios y negocios como los hoteles o los centros comerciales y es probable que ocurra de nuevo cuando llegue el frío.

Ustedes pueden opinar, pero todo lo anterior es lo que perciben en el equipo directivo de la Comisión Federal de Electricidad, la CFE que pronto encabezará Manuel Bartlett. Va el cuento.

La perenne caída de inicio de año respondió a nuevas reglas para las tarifas eléctricas que cobra la CFE impuestas en diciembre por la autoridad, en este caso por la Comisión Reguladora de Energía. Su intención es reflejar finalmente todos los costos para producir la energía que se venda en el país. Ahora las tarifas sí suben y deben bajar para los negocios que la consumen. Para los demás, prácticamente no hay cambios.

En efecto, como los aguacates, la electricidad para las empresas subirá o bajará de precio cuando abunde o esté escasa ésta o sus insumos durante el año. Hoy la mitad de México está pegada al aire acondicionado, lo que entre otras razones elevó la demanda y encareció la energía.

Vamos por partes. Independientemente del nuevo sube y baja anual, ya en agosto las empresas mexicanas pagaron en promedio 14 por ciento más cara la electricidad que un año antes (no 17 por ciento, como publiqué ayer equivocadamente). Los datos son del Inegi y su Índice de Precios al Productor. Perdonen los tecnicismos, pero son la guarnición de este platillo.

Así que ya en temporadas comparables, el aumento en la factura de la electricidad para quien tiene un negocio, triplicó el ritmo de la inflación general en el país durante los más recientes 12 meses. Los porcentajes son distintos para cada estado mexicano y dependen entre otras cosas del combustible o tecnología con la que es producida la electricidad localmente.

Los yucatecos estallan al punto de querer cancelar el hanal pixan porque la suya es la región en la que los aumentos fueron más fuertes.

Sucede que está cara por la alta demanda, pues nunca antes los mexicanos habían consumido tanta electricidad como en este verano, me aseguran quienes conectan los cables y nos atienden a casi todos, pero nada impedirá que llegue el invierno y con ello una casi segura baja en la demanda de combustibles y en su precio. Como consecuencia deberían caer también las tarifas eléctricas industriales.

Lo malo es que después del frío vendrá el calor y esto puede parecer una espiral sin final.

Tan puede serlo, que todavía hoy al mando de Jaime Hernández la CFE aumenta continuamente sus ingresos por la venta de energía. Esto no es apto para envidiosos: al cierre de 2017 cobró 373 mil millones de pesos por este concepto, 57 mil millones más que en 2016. Eso habla bien de la gestión actual de la empresa.

Lo malo para la hueste de Hernández es que son la cara de un nuevo régimen tarifario posiblemente mejorable que les fue impuesto y éste lo aplicaron justo cuando se nos atravesó un problema estructural grave en el país: se nos acaba el gas natural nacional con el que se genera electricidad… de eso platicaremos mañana.

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