Jorge Berry

Facebook, el arma de Cambridge Analytica

Jorge Berry examina desde el inició el tejido de la relación de Facebook con Cambridge Analytica.

En este mundo traidor / nada es verdad ni mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira. Ramón de Campoamor, poeta español.

Aleksander Kogan, investigador de la Universidad de Cambridge, nacido en Moldova (o Moldavia), está en el centro de la controversia desatada por las actividades electorales de Cambridge Analytica en varios países.

Kogan, quien se doctoró en la Universidad de Hong Kong en sicología, comenzó a trabajar en la Universidad de Cambridge en 2011. Con permiso de la Universidad, fundó Global Science Research (GSR) donde llegó a un acuerdo con Facebook para usar su plataforma en una encuesta masiva. Aquí empiezan las contradicciones, porque tanto Facebook como Kogan afirman que el contacto lo inició el otro. De cualquier manera, el estudio se autorizó, y pagando entre tres y cuatro dólares por persona, unas 200 mil personas contestaron el cuestionario. Kogan dice que Facebook le aseguró que no había nada ilegal, que estaban buscando fortalecer sus estrategias de mercado con fines enteramente comerciales, y que otras varias empresas de tecnología hacían lo mismo.

No está claro de quién fue la iniciativa de incorporar no sólo a los titulares de las cuentas de Facebook, sino también a las de todos sus "amigos", desde luego sin el conocimiento de estos últimos. El hecho es que con esa decisión, el universo subió de alrededor de 200 mil personas en Estados Unidos, a unas 50 millones.

En esta coyuntura, aparece una nueva empresa, que se llama Cambridge Analytica, formada a partir de SCL del Reino Unido, fundada con capital ruso (Lukoil) y famosa por una campaña en redes que, según muchos especialistas, fue directamente responsable del triunfo del Brexit. Cambridge Analytica arriba en Estados Unidos en 2014 fondeada por el multimillonario conservador Robert Mercer, quien coloca a Steve Bannon en la mesa directiva. En paralelo, Kogan obtiene permiso de la Universidad de Cambridge para aceptar fondos de investigación y una posición docente en la Universidad de San Petersburgo en Rusia. Es aquí donde se encuentra la gigantesca granja de trolls usada por los rusos para diseminar mensajes en Estados Unidos.

Mientras esto se preparaba, Donald Trump arrasaba en las elecciones primarias republicanas y se convirtió en el candidato. Robert Mercer ofreció su apoyo financiero a Trump con dos condiciones: colocar como jefe de campaña a Bannon y contratar a Cambridge Analytica para diseñar la estrategia electoral. Trump aceptó.

Facebook ahora pretende distanciarse del tema. Lo cierto, sin embargo, es que en la campaña de 2016 el centro de operaciones digitales de Trump estaba en San Antonio, donde compartían oficinas Cambridge Analytica, Facebook y el Partido Republicano, bajo la dirección de Brad Parscale, el gurú digital de Trump, y ahora jefe de la campaña de reelección para 2020.

Cambridge Analytica y su CEO, Alexander Nix, ahora suspendido por la empresa, diseñaron la estrategia y, a decir del informante Chris Wylie, exejecutivo de la compañía, también la plataforma, ajustándola para detectar posibles reclutas para la visión de Steve Bannon. En otras palabras, convirtieron la información de Facebook en un arma.

Las investigaciones recientes de ITN Television de Gran Bretaña, en la que mandaron reporteros encubiertos y grabaron a Nix explicando sus métodos, no dejan lugar a dudas: la campaña de Trump cometió irregularidades graves, y sin duda recibió ayuda ilegal. Está documentada la llamada que hizo Cambridge Analytica a Wikileaks ofreciendo ayuda para difundir los correos electrónicos robados por Rusia.

Ante el escándalo, Mark Zuckerberg, creador (a medias) de Facebook y actualmente presidente del consejo y director general de la empresa, emitió un comunicado nada convincente, diciendo que tomó medidas desde 2014 para evitar el uso indebido de información. Pero siguió colaborando con Cambridge Analytica. Ahora, lo buscan el Congreso de Estados Unidos y el Parlamento Británico. Quien sí lo encontró fue Dimitri Medvedev, el escudero de Vladimir Putin, y lo recibió en Moscú para una reunión "de negocios".

La acción de FaceBook se desploma en la bolsa, mientras cobra tracción el movimiento #DeleteFacebook. Otro castillo de Trump que se derrumba.

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