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AMLO, dos probaditas

Los casos de la senadora Layda Sansores y del hijo de AMLO, José Ramón López Beltrán, son sólo dos 'probaditas' de cómo sería el gobierno de AMLO.

En muchas mesas circulan las siguientes preguntas: ¿Cómo sería el gobierno de Andrés Manuel López Obrador? ¿Cumplirá todas sus promesas? ¿Esos que dijo sí van a ser los del gabinete? ¿Habrá devaluación en cuanto comience a gobernar? Las respuestas son de lo más variado. Hay quienes están verdaderamente apanicados; otros ven con cierta racionalidad al candidato de Morena; unos más ven como inevitable el cambio. Sin embargo, la semana pasada pudimos ver ciertas actitudes, inquietantes por decir lo menos, de la gente que rodea Andrés Manuel.

El caso más llamativo, por lo grotesco, fue el de la senadora Layda Sansores. Se sabe que la senadora Sansores destaca por su vulgaridad, sus modos toscos y su estulticia. Una investigación periodística descubrió que metió todo tipo de gastos para que se los reembolsara el propio Senado. Sus facturas iban desde kilos de bacalao noruego hasta compras de prendas de miles de pesos a una diseñadora con estampados de los 43 masacrados en Ayotzinapa y, por supuesto, desodorantes, licuadoras, infinidad de cosas que superaban los 700 mil pesos. Todo esto fue comprobado por el noticiario de Denise Maerker. La senadora montó en cólera y habló de difamación. Peor aún, en su alegato de defensa, hizo público que personal que trabaja en su equipo no cuenta con seguridad social. A su cinismo, le sigue su comportamiento ilegal.

Ye hemos comentado que la gente de Morena no piensa que va a ganar, simplemente no se la cree, no cree que lleva varios puntos de ventaja por lo que no cambian su actitud, su agresividad, su nulo sentimiento de triunfo les hace vivir atrincherados en sus prejuicios y toman como personal cualquier señalamiento. De tal manera que la señora Claudia Sheinbaum que lleva una cómoda delantera para ganar la CDMX, decidió defender a su compañera Sansores y protegerla de "las infamias". Lo mismo López Obrador. Y como muestra de lo que será el ataque a la corrupción en el gobierno de AMLO, si es que gana, la que será la responsable de combatir a los corruptos, Irma Eréndira Sandoval, salió en defensa de la senadora Sansores mostrándole su apoyo y solidaridad. ¿Así va a ser la cosa? Los corruptos son los de enfrente, con los compañeros las acusaciones de corrupción son infamias, inventos de la mafia del poder. Es claro que la señora Sansores no es la única que abusa de esa manera, deben ser de todos los partidos, pero la defensa de la señora no fue adecuada y revela la laxitud con que se conducirán con los suyos (Gerardo Esquivel, una voz sensata en ese movimiento, mencionó que lo de Sansores era "la punta del iceberg" del dispendio de recursos públicos y que eso se debía combatir en todos los niveles. Por supuesto su compañero, el Neanderthal Fernández Noroña, le reclamó hablar del tema).

Otro caso singular fue el del escándalo en que se vio envuelto José Ramón López Beltrán, hijo de Andrés Manuel. Como se sabe, los tres hijos mayores del candidato de Morena son una especie de gerentes de ese partido en el cual tienen responsabilidades a su cargo. Es sabido también que José Ramón (que rebasa los 35 años) no brilla por su inteligencia sino por sus desplantes de patanería que lo asemejan a la senadora Sansores. Pues bien, resulta que cuando Ricardo Anaya y su esposa subían al avión en Mérida de regreso del debate, el señor López Beltrán les gritó "cerdos". Ha sido incapaz de precisar o desmentir o disculparse. Para eso ha usado a la presidenta nacional del partido y al señor Marcelo Ebrard, conocido por todos. Es decir el uso de la estructura para la defensa personal del hijo del dueño.

Así que para cuando salga de nuevo la pregunta de cómo sería un gobierno de AMLO, estas son dos 'probaditas' de su gente cercana.

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