Autonomía Relativa

Cinco a la boleta

Habrá otro candidato en la boleta presidencial, pero el problema no es con él, sino la manera en que lo hicieron aparecer en la misma.

Ya todo parecía listo y aceptado por todos. El periodo de campaña electoral había comenzado, los candidatos y la candidata se preparaban para su primer debate, el juego de las encuestas a todo lo que da, las apuestas por todos lados, la aparición de los spots, en fin, el país preparado para la elección y sale el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación con la gracia de que hay que poner un candidato más en el juego: el señor Bronco –como gusta llamarse él mismo.

Más allá de que realmente se recomponga –o no– el balance de preferencias electorales, la decisión del TEPJF ha sido un balde de agua fría a un proceso en su última fase de competencia. Hay una opinión unánime en torno a la decisión sesgada del Tribunal. Actuó como un bloque oficialista. Los que conocen del asunto vaticinaron desde horas antes de que se diera la votación, el sentido del voto de cada uno de los magistrados. Y le atinaron, no resultó nada difícil. La inclusión del Bronco, por la manera en que se dio, ensucia las elecciones, es una mancha negra rumbo a la jornada electoral.

Además, la decisión resalta el pleito entre el TEPJF y el INE, que amenaza con dar al traste con las elecciones. Todo parece indicar que las decisiones del INE no sirven para nada, o simplemente que el INE trabaja muy mal, como dejan ver las decisiones del Tribunal. Resulta curioso que el Tribunal no hubiese regresado al Bronco, por ejemplo, a recontar sus firmas en el INE y que obtuviera las 15 mil que tenía volando y el tema se arreglaba al entrar por la vía correspondiente. Pero no, como de costumbre en el país de nada sirve seguir las reglas, someterse a lo que te piden no sirve de nada. Siempre hay una manera más fácil de llegar y de burlarse de los demás. Da coraje, y ya sabemos quién capitaliza el coraje.

Por otro lado, el propio INE generó un ambiente de desaprobación y rechazo a todos los candidatos independientes. El patético espectáculo mediático que montaron algunos consejeros sólo logró conseguir ensuciar la cancha, llenar de basura la cancha en la que ellos van a arbitrar. Si todos sabemos que El Bronco hizo trampa fue porque el INE le dijo a la población que El Bronco era tramposo y según el propio instituto electoral lo documentó debidamente. Pero el TEPJF lo echó para atrás.

Habrá otro candidato en la boleta. Pero el problema no es con él, sino la manera en que lo hicieron aparecer en la misma. La estupefacción de ver los actos de la autoridad en este sentido –tanto del INE como del TEPJF– nos arroja a una falta de credibilidad que hace años habíamos superados en el ámbito electoral. La historia sí juzga, y lo hace antes de lo que se piensa. Los magistrados que votaron por esta imposición conocerán el resultado de sus acciones en la opinión pública. Quizás les parezca poca cosa, pero la ignominia tiene una duración insospechable y siempre brinca por varias partes.

Sólo me queda una pregunta con estas dos autoridades electorales: ¿A qué hora dejaron de limitarse a contar votos y a revisar la legalidad de ese conteo?

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