El País publicó en su edición del sábado un reportaje titulado 'Avalancha Blanca', dando cuenta del grave y preocupante incremento de cultivos y producción de cocaína en Colombia.
Según el último informe del Departamento de Estado de la Unión Americana, es alarmante la facilidad con que los consumidores estadounidenses tienen acceso a la cocaína. No es de sorprenderse si las hectáreas cultivadas han pasado de 78 mil, en 2012, a 190 mil en 2016, y la producción incrementado de 180 a 720 toneladas en el mismo periodo. La cantidad de droga producida se ha multiplicado por cuatro en unos años. La oferta en Chicago, San Francisco o Nueva York debe estar desbordada. ¿Y qué está haciendo en el gobierno de Trump para atacar el altísimo nivel de consumo?
El reportaje reseña el papel de los capos mexicanos en Colombia. Afirma que "en algunas zonas de Nariño los mariachis ganaron en popularidad a los villancicos colombianos durante las pasadas Navidades".
En lo que va de la elección llevamos 93 candidatos asesinados. La semana pasada reseñamos el crudo estudio de Open Society sobre corrupción y crimen organizado. ¿Cuántos de los 93 candidatos muertos estarán ligados a los narcotraficantes de la cocaína? Según El País, los narcos mexicanos han incrementado su presencia en Colombia para garantizar el suministro de los envíos de cocaína. "Los mexicanos han tomado control de campos de coca, laboratorios y rutas". En México, esos mismos criminales controlan autoridades locales y estatales, espacios que no están dispuestos a ceder.
¿Qué autoridad en México está investigando estos asesinatos? ¿No deberían tratarse todos a nivel federal, por el simple hecho de ser candidaturas a un puesto de elección popular? ¿Serán asesinatos aislados?
Los estadounidenses consumen, los colombianos producen, los mexicanos transportan, y a lo largo de toda la cadena hay muerte y corrupción. Un tema a debatir en términos de seguridad fronteriza el domingo entre los candidatos.