Opinión

Egipto Vive una Férrea Dictadura Militar

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Las elecciones presidenciales en Egipto se celebrarán entre el 26 y 28 de marzo del 2018; si es necesario, se realizará una segunda vuelta del 19 al 21 de abril fuera de el país y del 24 al 26 de abril dentro del mismo. Será la tercera ocasión en la que los egipcios acudirán a las urnas para elegir al Jefe de Estado desde la Revolución de la Primavera del 2011 cuando el Presidente Hosni Mubarak con casi 30 años en el poder, se vio precisado a renunciar (11 de febrero), tras una serie de protestas multitudinarias.

El 30 de junio del 2012 fue elegido democráticamente presidente Mohamed Morsi de la Hermandad Musulmana, quien pretendía incrementar la influencia del Islam en Egipto, empero, fue derrocado el 3 de julio del 2013 por el Mariscal de Campo y Jefe del Ejército, Abdel Fatah al Sisi, quien alcanzó la presidencia con el 96.9% del total de votos. Morsi fue encarcelado y condenado a muerte; posteriormente, el 16 de septiembre del 2017 el Tribunal de Casación Egipcio confirmó de manera definitiva cadena perpetua para Morsi por un caso de espionaje relacionado con Catar; esta pena equivale en Egipto a 25 años de
cárcel, además el Tribunal ratificó la pena de muerte a tres miembros de la Hermandad Musulmana acusados y a otros dos a cadena perpetua y trabajos forzados por el mismo caso.

Por su parte Sisi ya anunció su candidatura para las próximas elecciones presidenciales del 2018 y seguramente gobernará Egipto por otros 4 años ya que sólo existe un candidato opositor, Jaled Ali, abogado de Derechos Humanos, quien está en espera de un fallo judicial para poder contender.

Egipto, con 90 millones de habitantes, ha estado gobernado por Sisi en un entorno crecientemente deteriorado con un elevado desempleo (12.5% y más de 40.0% entre los jóvenes); significativos niveles de pobreza, una cuarta parte de la población vive por debajo de los límites de la misma, inflación alta, 23.5% en 2017; un "boom" demográfico sin freno; corrupción generalizada; ascendente número de actos terroristas. Sisi no respeta los derechos humanos de los ciudadanos, la situación prevaleciente en Egipto se evalúa peor que en Venezuela y Turquía, Sisi ejerce una sangrienta represión a la población por el descontento con su gestión tiránica.

Sisi ha destruido a los partidos políticos y a las bases de la misma sociedad; su régimen ha enviado a las cárceles entre 40 mil y 65 mil opositores y sus fuerzas de seguridad han "liquidado" a cientos de disconformes y desaparecido a miles de personas en una supuesta lucha contra el terrorismo. Sisi "ha eliminado el más leve espacio de libertad". El entorno prevaleciente de represión se ha convertido en caldo de cultivo para avivar el radicalismo religioso.

Desde el golpe de Estado de Sisi las violaciones a los Derechos Humanos, las torturas y asesinatos extrajudiciales se repiten cotidianamente. En medio de una catastrófica situación económica, política y social, Sisi avivó las protestas populares al solicitar al Parlamento de Egipto aprobar el ceder a Arabia Saudita las islas de Tiran y Sanafía, situadas en la angosta entrada del Golfo de Aqaba
que conduce a Jordania e Israel, ello como una especie de compensación a la Monarquía Saudi que ha canalizado millones de dólares a Egipto para evitar su bancarrota. La decisión de Sisi ha sido considerada por la ciudadanía como un atentado contra la soberanía de Egipto. Sisi ha acallado el descontento con más represión.

Paralelamente a los graves problemas que experimenta Egipto, enfrenta un ascendente número de actos terroristas, particularmente en la Península de Sinaí que se ha convertido en refugio de terroristas en la que operan diferentes grupos radicales; el que más preocupa al gobierno egipcio es el denominado Wilayat Sinaí, una rama egipcia del Estado Islámico (EI). El gobierno de Egipto ha estado luchando contra el EI desde el 2013 a raíz del derrocamiento del presidente islamita Morsi; en los últimos 4 años se han perdido cientos de vidas
por los ataques terroristas; el de 2017 ha sido especialmente sangriento. El viernes 24 de noviembre del año pasado el EI atacó la Mezquita Sufí en el Sinaí Norte, ubicada entre Bir al Abed y la ciudad Al Arish, capital del Sinaí, causando más de 300 muertos y al menos 128 heridos. El sufismo es una rama mística del Islam que algunos musulmanes ultraortodoxos califican de herética.

Los ataques terroristas se han centrado en las Fuerzas de Seguridad y en la comunidad cristiana copta (8.5 millones). Los radicales no sólo han actuado en el Sinaí, también han llevado a cabo atentados contra iglesias en Alejandría y el Delta de el Río Nilo que abarca desde Alejandría en el oeste a Puerto Said en el este, en la costa mediterránea y hasta la ciudad de el Cairo en el Sur, y contra peregrinos. "Los terroristas mueven sus armas y sus militantes, matan a
militares y civiles, sin embargo, el régimen de Sisi continúa oprimiendo a cientos de miles de personas y no logra ningún éxito en términos de seguridad; no se entiende porque a pesar de los miles de millones de dólares de ayuda que recibe Egipto para la lucha antiterrorismo, no se ven mejoras en la seguridad".

Analistas militares consideran que existen grandes fallas en la inteligencia egipcia en términos de control del movimiento de armas y terroristas y, despreocupación por proteger a la comunidad. Sisi está invirtiendo más en "aplastar" a la oposición que combatir al EI.

Cabe mencionar que como resultado de los atentados que ha registrado
Egipto, el país se encuentra en Estado de emergencia desde abril del 2017. En este ámbito el Vicepresidente de EUA; Mike Pence, en su reciente gira por el Medio Oriente aseguró a Egipto el 21 de enero pasado que seguirá recibiendo el apoyo de EUA en su lucha contra el terrorismo, ello a pesar de que los estados árabes, entre ellos Egipto, de no estar de acuerdo con la decisión de Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como capital de Israel. Pence calificó las declaraciones de Sisi en la conversación que tuvieron de "diferencia de opinión entre amigos". Previamente, el 2 de diciembre de 2017, un centro de
seguridad israelí solicitó a la administración de EUA que diera ayuda
rápidamente a Egipto en un intento por salvar al régimen de Sisi, hizo hincapié en la necesidad de proporcionar al ejército egipcio armas, servicios de inteligencia y datos sobre el terreno. Los yihadistas del Sinaí no representan un peligro inmediato para Israel, empero, una potencial amenaza; de hecho el EI promociona a su filial egipcia como "puerta de entrada a Palestina", desde la cual, el grupo "liberará" Jerusalén y la Mezquita de Al-Aqsa.

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