Sobremesa

Acapulco es muestra de cómo Morena puede destruir

El gobierno de AMLO, de la mano con el de Evelyn Salgado, no avisaron que venía el huracán Otis, no evacuaron, no pusieron refugios y el Ejército y la Marina no estuvieron listos.

A seis meses de Otis, todo lo que podía haber salido mal, gracias a la mala entraña de la ‘4T’, pasó.

El gobierno de AMLO, de la mano con el de Evelyn Salgado, y a diferencia de los gobiernos neoliberales, al menos desde Zedillo, que creó con Francisco Labastida Protección Civil y el Fonden, y luego con Fox, Calderón y Peña, que tanto critican, no avisaron que venía un huracán, no evacuaron, no pusieron refugios y el Ejército y la Marina no estuvieron listos. Tras la desgracia, el Presidente se defendió diciendo que hubo perifoneo (acción de emitir, por medio de altoparlantes, un mensaje o aviso de cualquier tipo), como si el país fuera Bolivia o Nicaragua.

Durante la convención de la ABM, ahí en Acapulco, el viernes, cínicamente y sin ruborizarse tanto, Sheinbaum, Evelyn Salgado, la misma que no estaba en el puerto cuando Otis tocó tierra, y AMLO, dijeron que Acapulco estaba camino a regresar a sus mejores épocas. Ni en sus sueños cuatroteístas.

Beba el fuerte de su preferencia a pico de botella

Por lo que el sábado fui a documentar si era cierto, pero ¡nos mintieron! El puerto está como si fuera una ciudad de un país tercermundista. Duele, duele ver las condiciones en las que lo tienen. Las palabras no alcanzan a describir las emociones y, menos aún, la realidad. Con el riesgo que conlleva quedarme corta, trataré de hacer una crónica lo más apegada a la realidad.

Salí del hotel Mundo Imperial rumbo a Acapulco diamante, entré por La Isla, la cual es una isla desierta. La reconstrucción de los edificios en esta zona está siendo un viacrucis, pues no hay mano de obra. La gente no quiere trabajar, ya que les pagan 800 pesos a la semana y el Presidente les regala 600. Tal cual lo dijo Sheinbaum, no hay que trabajar para vivir. La poca obra que hay es con trabajadores de Puebla.

Vidrio tampoco tienen, entonces deben traerlo de México en contenedores completos, por lo que es mucho más caro.

Lo que no acabó Otis, lo acabó la gente, se robó. “No es rapiña, sino cohesión social”: Abelina. Además, no todos los dueños de los departamentos tienen la posibilidad de arreglarlos, por lo que las áreas comunes son un gran problema.

Junto al Princess, en este terreno que ve usted aquí, tenían a la GN, a la que quitaron porque venía la ABM.

La corrupción también estaba en los reglamentos de construcción, pues no les exigían nada, por eso se fue todo con el aire. Vean este edificio de Vidanta, Mayan Lakes: pareciera que está en obra negra pero no, estaban nuevecitos.

Acapulco tenía 20 mil cuartos de hotel; hoy le quedan como cinco, máximo 6 mil. Tenía 60 mil recámaras de departamentos; hoy de esos sólo quedan 6 mil.

En manipulación pura nos dicen que Acapulco en puentes está al 80-90%, pero de lo que les queda, no de lo que tenían.

Acapulco se ha devaluado exponencialmente

Con decirles que en temporada alta la renta de las casas ha caído en promedio 30% y en temporada baja hasta 80% por ciento.

No les descontaron un solo peso del predial. Los bancos, muy orondos en la bancaria, presumieron que dieron quitas en las tarjetas de crédito, pero ni pío dijeron de los créditos hipotecarios, que sí cobraron religiosamente. ¡Ver para creer!

Los proveedores de los electrodomésticos, colchones, etcétera, de la ‘4T’ se rayaron y se hicieron ricos. Tantita vergüenza a los funcionarios que se los dieron, así como a quienes adjudicaron los créditos fiscales, pues para entregarlos extorsionaban a los beneficiarios con 50% para entregarlos.

Pasando las elecciones, ¿a ver cómo van a pagar la luz de los electrodomésticos que les regalaron sin trabajar?

Bajando por la escénica vean cómo están las calles que estos vecinos no barrieron como les dijo Abelina, pues la gobernadora no sirve para nada.

Ah, pero la gente es muy feliz porque ya se puede entrar a Casa Acapulco, la que fuera la casa de los gobernadores; les digo, ¡como en país bananero!

Bajar a la costera fue tremendo: el tráfico, la devastación, la suciedad.

De los restaurantes sólo quedan el Zibu y el Tonys, que se abrió en el estacionamiento de lo que fuera el Palladium.

Riesgo de devolver el estómago

Ver el Hyatt fue impresionante, pero más enterarme de la mezquindad de la familia Sada. Resulta que lo estaban vendiendo en 2.5 millones de dólares, pero la codicia pudo más y quisieron cobrar el seguro por el huracán en 3.5 millones de dólares; como los mandaron al diablo, ¡quisieron cerrar, pero sin liquidar a los empleados! Entons, quesque abrirán para 2026.

Metros adelante está lo que fuera el hotel Elcano, el cual lo vendieron y el empresario, el Tío Charlie, lo convertirá en departamentos de 45 metros, sí, como del Infonavit, en ¡plena costera!

Luego me topé con lo que fuera la Unidad Deportiva Acapulco, donde vive humillada la GN, como lo he denunciado en este espacio. Esta imagen habla más que mil palabras. Traté de entrar y grabar, pero no me lo permitieron. Eso sí, lo hicieron de manera muy amable. Obvio, les ofrecí una disculpa en nombre de todos por la humillación de sus mandos y la ‘4T’.

Seguía caminando, y mi incredulidad y tristeza seguían creciendo, pues me encontraba ante lo que fue el otrora gran Centro de Convenciones de Acapulco, el cual albergó el primer Tianguis Turístico, los festivales de Acapulco, el Festival de Cine, ese Acapulco dorado y que los vecinos defendieron a capa y espada hasta que llegó la ‘4T’ y decidió derrumbarlo y construir, en plena costera, un hospital de tercer nivel del ISSSTE, y hoy están furiosos porque bajó la plusvalía de la colonia.

Tras Otis, en toda la costera no hay un solo semáforo.

El Bungie Acapulco desapareció; el Calinda, de Slim, está cerrado porque en mayo va a reabrir otro con otro nombre, y así llegué en una devastación irreal, una suciedad que llega hasta el alma y pulmones por igual y un tráfico infernal hasta el club de yates, que es de los pocos ocupados por sacar las embarcaciones hundidas, pues los de performance de los Aboumbrad, cero.

El aeropuerto de OMA es otra tragedia, no tiene aire acondicionado, sólo tiene una sala y les vale, su conectividad es nula. Sólo tiene vuelos con la CDMX y Tijuana, y ocasionalmente con Guadalajara y Cancún. Como se imaginan, evidentemente no hay ni gusanos para abordar, ni nada, sólo dos puestos con dulces y uno de lentes.

Y saben qué es lo peor, que después de la bancaria para Acapulco no hay fecha en el calendario, no hay bodas, no hay convenciones, no hay ningún evento. No hay nada que los haga pensar que su futuro puede ser mejor.

Salgamos a votar este 2 de junio.

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