Sobremesa

Lo que está en juego es la reputación del país. Debemos de ir a votar

Lourdes Mendoza escribe que las aerolíneas pedirán que se instalen mesas de votación en los aeropuertos que concentran el 80 por ciento del tráfico de pasajeros en el país.

Como de ir a votar se trata, las aerolíneas nacionales e internacionales agrupadas en la Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero), en la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), y todas las organizaciones agrupadas en el CCE, la Concamin, la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción, entre otras, enviarán mañana una carta al gobierno electo de AMLO para que se instalen mesas de votación en los aeropuertos que concentran el 80 por ciento del tráfico de pasajeros en el país. Además del AICM, anote Guadalajara, Monterrey, Mérida, Tijuana, Guanajuato, Tuxtla, Villahermosa, Veracruz, Cancún, Acapulco, Hermosillo y Aguascalientes.

Y es que no sólo se juega el destino del nuevo aeropuerto, sino, y mucho más importante, la confianza y certidumbre de las inversiones en México, vamos, el Estado de derecho.

Más allá de la molestia de los usuarios, crece el nerviosismo entre los inversionistas nacionales e internacionales, quienes podrían ver este tema como la punta del iceberg de una serie de decisiones financieras equivocadas que podría tomar el gobierno de AMLO.

Si el problema es el dinero, como lo ha repetido una y otra vez el propuesto secretario de Comunicaciones, Javier Jiménez Espriú, no se debe descartar el tema de la concesión. Esto requeriría de una modificación a la ley de aeropuertos para permitir que el nivel de participación de las líneas aéreas rebase el actual cinco por ciento. Así ocurre en otros lugares del mundo, donde las aerolíneas tienen una participación accionaria u operativa en los principales aeropuertos en los que operan.

Más del 65% de las necesidades de financiamiento para la construcción del NAIM ha sido cubierto con instrumentos de deuda y de capital.

(i) Bonos emitidos en los mercados financieros por 6 mmdd

(ii) Acciones en una FIBRA E por 30 mmdp 

Respecto a los Bonos:

• Están respaldados por la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA) que paga cada pasajero al momento de viajar, que son recaudadas por las aerolíneas para luego ser entregadas al aeropuerto.

• Aun y cuando las obligaciones financieras estén respaldadas por el TUA del aeropuerto actual (en caso de cancelación), el pago de intereses y capital del financiamiento podría absorber casi la totalidad del TUA generado por el AICM, por lo que el aeropuerto se quedaría sin recursos para su operación. La operación tendría que ser entonces pagada por el gobierno federal a través del presupuesto.

Respecto a las acciones de la Fibra E:

• La Fibra E es una inversión de capital, donde el inversionista adquiere una participación accionaria en los flujos futuros que genere el aeropuerto.

• La rentabilidad de este instrumento depende de los flujos remanentes después de pagar a los tenedores de los bonos, aunados a otros ingresos aeronáuticos e ingresos no aeronáuticos, tanto del aeropuerto existente como del nuevo aeropuerto.

En caso de cancelación, Andrés, Jiménez Espriú y Riobóo serían los responsables de afectar directamente a los trabajadores, pues las Afores invirtieron en este proyecto e indirectamente todos los mexicanos.

En resumen: La cancelación del NAlM traería consecuencias negativas, no sólo para los inversionistas en las obligaciones financieras emitidas para el financiamiento de este, sino también para el aeropuerto actual y el propio gobierno federal, al poner en riesgo sus ingresos y los recursos disponibles para su operación y mantenimiento; esto, supongo que nadie se lo ha explicado a AMLO, Jiménez Espriú ni a Riobóo.

Por no dejar, déjenme contarles que por lo pronto los tres grupos aeroportuarios, GAP, ASUR y OMA, siguen interesados en invertir en el nuevo aeropuerto en Texcoco. Sus reportes trimestrales siguen mostrando utilidades, y se mantiene viva la idea incluso de formar un gran consorcio.

El nuevo aeropuerto es una obra emblemática para todos los mexicanos, para nuestro futuro como país, para el empleo y para mantener la credibilidad ante los inversionistas.

No den por sentado que AMLO en su sano juicio no debería de cancelarlo, salgan a votar, pasen la voz y compartan en redes. Sí, hay que ir a votar.

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