Luis Wertman Zaslav

Errores

El gobierno de nuestro país decidió anunciar acciones por la vía diplomática. Ningún retiro del embajador para consultas, ninguna visita oficial a la frontera, ninguna llamada urgente entre mandatarios.

Por lo general, los éxitos de la noche a la mañana suelen ocurrir después de muchas noches y de muchas mañanas de esfuerzo. El lado malo, es que lo mismo sucede con los errores. Casi ningún traspiés aparece de la nada y su incubación está llena de malas decisiones. Si lograr una victoria demanda entereza, la derrota siempre exige ausencia de ganas.

Ambos extremos se tocaron en esta misma semana. Empiezo por el más celebrado: un triunfo inédito en un Mundial de futbol, crisol de milagros y catarsis deportiva. Pero las buenas noticias son escasas en México (y parece que en el mundo) por lo que apenas era lunes y nuestro vecino del norte nos proporcionaba una crisis humanitaria en la frontera al modificar su política de asilo y separar a niños de sus padres.

Durante las siguientes 48 horas, pasamos de ver las imágenes de un supermercado convertido en campo de concentración a escuchar con horror el llanto de varios niños cobardemente alejados de sus familiares.

Quisiera poder escribir que la respuesta del gobierno mexicano no tardó en llegar, pero conseguir que un error sea épico necesita de lentitud y de vieja política.

Sin embargo, esta es una época diferente y la velocidad con que se transmite la información rompe con todas las reglas que puedan estar escritas en el manual del sistema político mexicano. Es posible que, en ese libro elaborado mucho antes de las redes sociales, se aconseje privilegiar el festejo antes de plantarle cara a un gobierno que decide usar a migrantes de rehenes para negociar y buscar votos.

También es probable que en el texto se advierta no entrar en un desacuerdo mientras se tiene, a un mismo tiempo, una elección presidencial y una negociación comercial en punto muerto.

Tal vez por ello, el martes, por fin, el gobierno de nuestro país decidió anunciar acciones por la vía diplomática, que es la que recomienda la prudencia de la vieja escuela. Ningún retiro del embajador para consultas, ninguna visita oficial a la frontera, ninguna llamada urgente entre mandatarios.

Para el miércoles la presión, el escándalo y el rechazo, hasta de los propios republicanos, obligan a firmar una orden ejecutiva que cancele la separación, aunque con letras pequeñas: no se suspenderá la política de "Cero Tolerancia" y más de dos mil niños tardarán en reunirse con sus padres; los últimos reportes ubican a muchos ya en albergues de Nueva York.

Esta es la realidad en la que nos encontramos y este es el vecino que ahora tenemos. Mi impresión es que seguimos apostando a continuar con esta sociedad desde un punto de preocupante debilidad institucional. Mientras tanto, la molestia nacional crece frente al papel que juegan las instituciones encargadas de defender nuestros intereses en el exterior. Podría ser un buen momento para revisar el manual, no creo que sirva para lo que viene.

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