Fuera de la Caja

El cierre

Macario Schettino analiza las encuestas electorales y señala que, si los números se confirman, la institucionalidad en este país quedará restringida al Banxico y a la SCJN.

Pues estamos prácticamente en el cierre del proceso electoral. El martes ocurrirá el tercer debate, y menos de 36 horas después iniciará el Mundial de Futbol, que sin duda ocupará la atención de millones de mexicanos. El domingo de la próxima semana juega México contra Alemania, y el sábado siguiente contra Corea. Ese mismo fin de semana veremos los cierres de las campañas, y para el miércoles 27 (en menos de 20 días), el tercer partido de México en el Mundial, y el final definitivo de actividades de proselitismo.

En este momento, según oraculus.mx, que agrupa las encuestas realizadas de acuerdo con los criterios del INE y depositadas ahí, AMLO ronda el 50% del voto (eliminando indecisos), seguido por Ricardo Anaya con menos de 30% y José Antonio Meade en 20%. La diferencia en el tracking diario de MassiveCaller es menor entre el primero y segundo lugar, pero supera 10 puntos en votación bruta.

No tenemos idea clara de cuán diferenciado puede ser el voto, considerando la gran cantidad de elecciones que realizaremos. Hay poca información de encuestas estatales. Siguiendo otra vez a MassiveCaller para ello, Morena ganará cuatro elecciones estatales: CDMX, Chiapas, Morelos y Tabasco, mientras que el Frente por México (PAN) ganará otras cuatro: Guanajuato, Yucatán, Puebla y Veracruz. Movimiento Ciudadano, no participando como frente, ganará Jalisco. Las más cerradas parecen ser Puebla y Veracruz, entre el Frente y Morena, aunque esa misma fuente reporta 7 y 6 puntos de diferencia a favor del primero. Curiosamente, en ambas entidades ganaría Morena el voto por el Senado, y me imagino que el voto por la presidencia.

Puesto que la mayoría de las encuestas estima que AMLO obtendría un porcentaje de votación superior al 42%, la probabilidad de que eso se traduzca en una mayoría en la Cámara de Diputados es muy alta. Mitofsky ya estimaba en 80% esa probabilidad en el mes de mayo. Para el Senado, todo indica que Morena (o más bien, la coalición Juntos haremos historia) rondará 60 curules. Es muy probable que se lleven más de 15 Congresos locales, en los que nadie ha reparado. Faltará todavía ver si en el ánimo de apoyar al ganador, algunos congresistas electos deciden sumarse a la coalición antes de septiembre. Esto implica que la probabilidad de que AMLO tenga la capacidad de modificar la Constitución sea significativamente mayor que cero.

Morena no es un partido político, sino un movimiento en que se han agrupado personas que no tienen nada en común, salvo la subordinación a un líder específico. No hay disciplina partidaria, ideología, o estructura. Sin embargo, pueden representar entre la mitad y dos tercios del Congreso, considerando esa migración postelectoral que comentaba. El PRI habrá sido capturado por Morena (así como en el DF el PRD se tragó al PRI en una sola elección), y el PRD tendrá sólo algunas posiciones en el Congreso y nada más. Más claro: no habrá oposición a AMLO en su movimiento, ni en el Congreso federal. Si los números que hemos visto hasta hoy se confirman, la institucionalidad en este país quedará restringida a dos instancias: el Banco de México y la Suprema Corte de Justicia.

Al respecto, he visto muchas opiniones en redes acerca de que las encuestas se equivocan, que no sirven porque sólo preguntan a mil personas, que entre rechazo e indecisos superan por mucho a cualquier candidato, y otras barbaridades similares. Es simple disonancia cognitiva: no les gusta el futuro que esas mediciones permiten imaginar, y deciden que las uvas están verdes. Si los números van a cambiar, tendrán que hacerlo en los próximos siete días: lo que no ocurra entonces, de verdad, ya no ocurrirá.

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