Gestión de Negocios

Grupo Financiero BASE: Del préstamo paternal al éxito institucional

Mauricio Candiani platicó con Lorenzo Barrera, fundador de la institución financiera, que ahora cuenta con 950 empleados y 15 mil 500 corporativos atendidos diariamente.

Sospecho que el Dr. Alfonso Barrera Zertuche no imaginó la referencia que crearía en su hijo de ocho años con esas palabras espontáneas de aquél desayuno cerca de su rancho. "Mira mijo, ese es un empresario muy reconocido" mientras señalaba discretamente a Don Eugenio Garza Sada situado en otra mesa de aquél modesto restaurante.

De lo que tengo certeza, es que el doctor meditó profundamente –como lo haría cualquier padre– cuando dieciocho años después escuchó a ese mismo hijo pedirle un préstamo de 100 mil dólares para complementar otros 100 mil que él ya tenía ahorrados y así fondear una nueva casa de cambio.

Y es que tras haber renunciado a Banpaís donde aprendió el oficio, Lorenzo Barrera estaba intentando infructuosamente hacer sus primeras transacciones de divisas con dos teléfonos en un escritorio --"uno para comprar y otra para vender"—. En unos cuantos días, un cliente lo centró y le dijo que, aunque le daba mejores condiciones, no cerraba con él porque no tenía un respaldo. "Es un tema de confianza", le escuchó decir.

De ahí el arrojo con el que hizo su primera transacción de 150 mil dólares. Era septiembre de 1984 y le ofreció a su cliente depositarle primero los dólares y confiar en que éste le pagaría los pesos después. Una siguió a la otra y un cliente siguió al otro hasta que se construyó confianza. En un entorno de banca estatizada y faltantes de divisas, había identificado un mercado ávido de ser servido.

El anecdotario es nutrido desde 1986 que invitó a su hermano Álvaro al negocio y abrió operaciones al público, hasta 2012 que se conformó el grupo financiero.

Platiqué con Lorenzo en sus oficinas de Monterrey. Detrás de su trato afable, advertí un notorio enfoque a la tarea. Me quedé con tres afirmaciones filosóficas valiosas para cualquier emprendimiento:

1) Las personas tienen dos o tres oportunidades en la vida. Pasan enfrente, pero hay que aprender a verlas y tomarlas.- Palabras más, palabras menos, así lo sintetizó el presidente de BASE y abundó. No es sólo desear que tales oportunidades ocurran, sino prepararte para leerlas, para poder ponderarlas y, sobre todo, para estar en posibilidad de aprovecharlas. Si no es así, se van.

2) No es sólo querer fundar empresa, es aprender el oficio.- "¿Quieres poner una farmacia?", me pregunta. "Métete a trabajar a una y el día que te sientas con la posibilidad de dar un mejor servicio, ese es tu momento (para emprender)." Ya hay conocimiento y oficio de lo que es manejar un negocio de esa naturaleza, abunda. Tus posibilidades de éxito crecen.

3) La vida empresarial te presenta múltiples 'Y' en el camino y constantemente reta tus principios.- "Tuvimos la posibilidad de asociarnos con grupos que hoy no existen y (en otros momentos) tuvimos propuestas indecorosas", reflexionó Lorenzo. Pero sintetiza su filosofía contundentemente: "hemos dejado dinero fuera de la mesa que no cumple con nuestra estructura de valores".

Lorenzo está por cumplir 60 años. Tras una conversación que bien pudo alargarse, le pregunté si vendería su banco. Me volteó a ver fijamente. Elaboró una repuesta técnica dubitativa. Medio que aludió la etapa del grupo, luego su tamaño y el potencial de crecimiento.

Respetuosamente rebatí un argumento y entonces afloró la pasión: "No", me respondió con claridad. "Esto es mi vida", remató. Lo que sí veo ocurrir en algún momento en el futuro, me compartió, es un IPO.

Y entonces concluí yo mi reflexión. 34 años después, ahora con 950 empleados y 15 mil 500 corporativos atendidos diariamente, ese hijo que encontró su deseo temprano de ser empresario, que le pagó capital e intereses completos a su padre y que encontró en su hermano el socio que lo complementa, todavía tiene mucha historia que construir por delante.

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