He Dicho

Los 'Azulácticos'

Al menos en el escritorio, Cruz Azul ha vuelto a ser un equipo grande y serio. Uno que planea y que se refuerza buscando un título, escribe Miguel Gurwitz.

No digo que hacer las cosas bien es tarea sencilla, pero sin duda mucho menos complicada de lo que había hecho Cruz Azul en los pasados quince años. ¿Y que había hecho? (además de casi todo mal), contratar extranjeros de mediana a muy baja calidad, cartuchos quemados e ilustres desconocidos. En el mercado nacional se dedicó a hacer apuestas pequeñas, casi siempre perdedoras, y se convirtió de un día para otro en un club ecológico, dispuesto a reciclar a cuanto futbolista veía a su paso.

Pero bueno, eso es historia vieja, la nueva marca una nueva perspectiva, una ganadora, de esas que en La Noria hace un par de décadas que no ven. Una, dicen, que bien podría ser bautizada como la de los Azulácticos.

Lo dije anteriormente y lo repito: la llegada de Ricardo Peláez resulta un verdadero bálsamo, pero no sólo eso, sino que pone en evidencia lo que muchas veces negó Billy Álvarez: las operaciones con su promotor de cabecera, Carlos Hurtado, con el que pisoteó el prestigio del equipo al contratar a cualquiera y donde no ganaron absolutamente nada.

Y no le resto mérito al trabajo de Peláez, todo lo contrario, pero está claro que con el presupuesto que manejan en el Cruz Azul, era imposible errar cada semestre, y menos de forma tan grosera como se hizo.

Al menos en el escritorio ha vuelto a ser un equipo grande y serio. Uno que planea y que se refuerza buscando un título de manera inmediata, puede ser que el trofeo no llegue porque el deporte no guarda guiones, pero al menos en la pretemporada se comporta como aquel equipo grande que algún día fue.

Hoy Billy Álvarez habla de buenas inversiones en el receso, y tiene razón, donde vuelve a equivocarse es el diagnóstico del tiempo: habla de mediano y largo plazo pero olvida lo más importante, la inmediatez, la sed, el hambre, la necesidad que tiene él como cabeza, sus empleados, la propia cooperativa, los jugadores y la más importante, su afición: la urgencia de un título y de sentirse ganadores para de una vez por todas poder dejar de ser el hazmerreír del circuito mexicano.

No, los refuerzos no deben ser vistos para funcionar a futuro, a menos que sea el inmediato.

A Cruz Azul le urge un título, y para eso contrataron a Peláez.

¡He dicho!

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