…sólo eso. Nada que no hayamos visto anteriormente en el futbol mexicano. Nada que nos sorprenda ni nos maraville. Nada que nos haga pensar que Tigres no hubiera logrado lo de estos años sin él.
Nahuel Guzmán goza de créditos especiales, esos que por alguna no tan extraña y malinchista razón gozan algunos en el futbol mexicano.
Seré breve: si un portero mexicano en un club grande y ganador como al que pertenece Guzmán, se hubiera equivocado en la mitad de las ocasiones que lo ha hecho él, ya hubiera perdido el puesto, y hay sobrados casos que confirman la teoría.
No tiene nada que ver con xenofobia, pero tampoco nos pongamos delicados cuando establecemos que el futbol mexicano es mucho más permisivo y benevolente con el de afuera desde cualquier trinchera, incluido el tema arbitral.
No es extraño ver a Nahuel errar en momentos decisivos, no digo siempre, claro, pero más seguido de lo normal, sin duda. Tampoco resulta raro verlo intercambiar "opiniones" con sus rivales, sin importar que sean jugadores, entrenadores o incluso afición.
La mas reciente se dio este fin de semana con Pedro Caixinha (que también tiene su historial). Después de hacerse de palabras en el campo, interrumpió la conferencia de prensa gritándole "bobo" e "irrespetuoso".
Entiendo que a nadie le gusta perder, pero la clase debe permanecer intacta sin importar el resultado, y en eso también falla.
Repito, es un buen portero, nadie llega a Tigres o la Selección argentina sin tener capacidades, pero tanto en lo futbolístico como en lo reglamentario, goza de consideraciones que resultan inexplicables.
Por menos errores he visto porteros perder
su puesto, por menos polémicas, he visto
más castigos.
¡He dicho!