He Dicho

Santificado campeón

Santos se convirtió en el equipo del norte más exitoso llegando a los mismos seis títulos que ostenta Tigres, pero en menos tiempo, escribe Miguel Gurwitz.

Lo más difícil en el deporte, cualquiera que este sea, es trasladar la imaginación al papel y de ahí ponerlo en práctica en el terreno de juego. Hay muchos factores que influyen para que los planes se vayan abajo, y claro, el primero es siempre el adversario; después influyen situaciones como el manejo de las emociones, la aplicación mental, el justo equilibrio de lo que pasa por la mente y lo que se ejecuta con el cuerpo.

Cuando todos estos factores se combinan, entonces llegan las conquistas, los triunfos, los partidos que dejan material suficiente para archivar en la memoria.

El partido que Santos jugó fue simple y sencillamente perfecto. No hay que ser ingratos y dejarnos llevar por la cantidad de goles en una final para catalogarla de espectacular, Santos, con una sola anotación dejó constancia de un equipo que jugó por nota.

Era fundamental iniciar el partido de manera firme, y lo hizo. Más importante aún, anotar rápido para mandar una señal de autoridad, cosa que cumplió a cabalidad; y después venía lo más difícil: no renunciar al estilo de juego que los había llevado hasta allí, no ceder la iniciativa, no echarse para atrás, no rehuir a la responsabilidad de ganar y dominar, de hacerlo con autoridad. Para ello era necesario defenderse con inteligencia, en la zona del campo adecuada y con la ubicación exacta de cada uno de sus futbolistas, concepto en el que incluimos el trabajo del portero, que en este caso resultó la gran figura.

No dejarse abrazar por la ansiedad de un trofeo resulta una misión titánica, pero Santos manejó sus emociones de mención honorífica.

No debemos ser tacaños en el elogio, en el reconocimiento que merece un equipo que eliminó a dos pesos pesados del circuito (Tigres y América), para terminar pasando por encima del superlíder del torneo.

No reconocer que los últimos noventa minutos del campeonato fueron perfectos para los norteños refleja una postura pichicata.

Santos ha jugado un gran torneo y una Liguilla extraordinaria, lo suficiente como para santificar la temporada y, de paso, duélale a quien le duela, convertirse en el equipo del norte más exitoso llegando a los mismos seis títulos que ostenta Tigres, pero en menos tiempo.

¡He dicho!

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