He Dicho

Y ahora... Quique Sánchez Flores

En la Femexfut es más importante el nombre que el proyecto en sí para dirigir a la Selección Mexicana, escribe Miguel Gurwitz.

No recuerdo un proceso para elegir técnico de la Selección Mexicana tan enredado y misterioso como el actual.

El error sigue siendo el de siempre, el histórico, el de cada dos o cuatro años, ese que nos muestra que en la Federación es más importante el nombre que el proyecto en sí, y lo es porque en esencia el proyecto no existe, y la prueba es el estancamiento del equipo mayor que de jugar cuatro partidos no pasa.

Invitar a desayunar a los medios y presentar 20 láminas con objetivos dista mucho de ser un proyecto, ya que sólo nos dicen a lo que aspiran y no cómo piensan operar para conseguir dichas metas. Nunca nos han dicho cómo utilizan las herramientas que tienen para desarrollar o pulir talento, y menos nos han dicho cuáles son las sinergias que establecen con los clubes para poder cumplir satisfactoriamente con lo trazado.

Pero el problema no radica en no socializar las ideas, sino en la ausencia de las mismas, porque el único apoyo de los clubes es ceder sus futbolistas para que vistan de verde un rato.

El tan hipócrita y falso "apoyo irrestricto" a la Selección que escuchamos cada vez que vienen las eliminatorias, es superficial, hueco, porque no se trata de echar porras en las cuentas de redes sociales ni de mandar buenas vibras, sino de tener un plan integral de desarrollo para que las cosas sean diferentes. La regla 20-11, por ejemplo; si en lugar de los berrinches, reclamos, y mañas tuviéramos conciencia y compromiso, las cosas serían diferentes, tan diferentes que no tendrían que regalar minutos por convocatoria a la Selecciones menores. Y así nos podemos seguir con el obsceno número de dizque refuerzos extranjeros, partidos moleros, explotación comercial, corrupción en los filtros de fuerzas básicas, etcétera, etcétera.

El procedimiento sigue siendo el mismo, la peculiaridad de éste es el tiempo para tomar la decisión y la extensa lista de candidatos o entrevistas realizadas: Osorio, Tuca, Almeyda, Martino, Herrera, Pochettino, Gareca, Villas-Boas, Sampaoli, Cúper, Mohamed y ahora Enrique Sánchez Flores. Ahí los tiene, súmele un par de nombres más que se escapen de la imaginación, pero que hayan sido pronunciando en las oficinas de la Federación.

Ahí los tiene, de todos colores y sabores, de todos los estilos, de todas las modalidades y mentalidades.

Todos caben, porque lo sencillo es pronunciar nombres de entrenadores capaces, así todos cumplen con el perfil.

Ojalá que esto termine mejor de lo que inició y que este tiempo haya servido al menos, para elegir bien el nombre del nuevo entrenador, porque a eso se resumirá todo, al nombre, más que al proyecto.

COLUMNAS ANTERIORES

Reglamentos, no comunicados
La grata sorpresa celeste

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.