Se equivocan los articulistas y tomadores de decisión que creen que en una competencia parejera Anaya-AMLO, el voto útil del PRI se va a ir con el candidato del Frente PAN-PRD-MC.
Es tanto lo que Anaya ha ofendido al priismo que el voto útil de ese partido va a ser para López Obrador.
La encuesta publicada ayer en EL FINANCIERO nos muestra a un López Obrador con 38 por ciento de la intención de voto.
Si la parejera es AMLO-Anaya, López Obrador se va a ir arriba de 42 por ciento, lo que le dará mayoría en el Congreso federal y en buena parte de los 30 estados que renuevan sus legislaturas locales.
La única alternativa viable ante López Obrador, por el voto útil, es Meade. Si es que se quiere derrotar a AMLO.
Apostarle a Ricardo Anaya como el finalista en la contienda contra el puntero en las encuestas es hacer ganador antes de tiempo a López Obrador.
En la encuesta publicada ayer en estas páginas, hecha por un profesional de su materia y sin sesgos partidistas, queda claro quién es el primer lugar y que la lucha por el segundo será determinante en las próximas semanas.
Se van a equivocar algunos estimados articulistas y empresarios al optar por Anaya como un seguro contra López Obrador.
En ese escenario, de AMLO-Anaya, el voto priista será para el de Morena, por culpa del trato excesivamente ofensivo que ha tenido el panista con lo que ha significado el PRI en la historia de México: hace tabla rasa para condenar sin distingos a militantes y todas sus figuras emblemáticas.
Anaya fue sanguinario en el canal 2 de televisión cuando, al finalizar la jornada electoral de 2015, de manera sopresiva se abalanzó en emboscada contra Manlio Fabio Beltrones, presidente del PRI.
Ese era un momento para ser generoso en la victoria, pues el PAN había ganado la mayoría de los estados, con un resultado que ni ese partido esperaba.
Anaya se ensañó con el caído. No fue un buen ganador.
Si se quiere presentar como la alternativa democrática a López Obrador, va a ganar AMLO, pues el PRI trae la espada clavada de los agravios que le ha infringido Anaya.
Además, Anaya no tiene propuesta conocida, salvo aquella de cambiar el régimen político. Y con la baja calidad del Congreso que vamos a tener, con diputados surgidos de tómbolas, concesiones a caciques y cuotas partidarias, no es un clamor nacional darle más facultades a las cámaras legislativas.
La otra propuesta, la de una renta básica universal, independientemente de si las personas la necesiten o no, es una medida consistente en regalar dinero. Y eso se le cree a López Obrador y no a Anaya.
Aparte de esos dos puntos como programa de gobierno, todo lo demás en Anaya es virulencia y oquedad.
¿Cómo va a ganar el voto útil de los priistas a base de golpes e improperios?
Ese escenario es imposible. El priismo no votará por Anaya, sino por AMLO, si esa es la disyuntiva final.
López Obrador sabe hablarle a los priistas, los conoce, de ahí vienen él y quienes le acompañan.
Ricardo Anaya, en cambio, sólo sabe de insultos.
No hay que darle vueltas al tema: el único escenario posible para vencer a AMLO es con Meade en la final, no con Anaya.