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Feliz Día del Trabajo

Patricia Martín nos invita al Museo Universitario de Arte Contemporáneo donde se presenta una exposición del artista argentino Leandro Katz.

En el Museo Universitario de Arte Contemporáneo se presenta una exposición de cuatro proyectos del artista argentino Leandro Katz (Buenos Aires, 1938). Estos trabajos, y gran parte de la obra de este artista, realizan revisiones de la historia, que generalmente escriben los ganadores.

Paradox es una obra que aborda la historia colonial y neocolonial en Guatemala y en todo Centroamérica, a través de la implantación del banano en la región. Un video presenta el cultivo y la cosecha del plátano, mezclado con piezas mayas, creando una tensión entre un pasado portentoso y un presente poco alentador. Este video de media hora, que carece de diálogos, busca anteponer el tiempo como era entendido por los antiguos mayas, y el de una economía trasnacional que explota los recursos de un sur subdesarrollado donde sus descendientes viven en un estado de semiesclavitud legalizada. Sobre la pared hay una cronología detallada en torno a las intervenciones militares, los derrocamientos de gobiernos locales, los movimientos sociales, así como de los proyectos arqueológicos que se dieron en Guatemala, como un redescubrimiento de las raíces indígenas, desde una capitalismo que ha incumplido su promesa de progreso y de bienestar.

Otra pieza, El día que me quieras, aborda de forma documental movimientos sociales en nuestro continente a través de la figura casi mítica del Che Guevara. Esta es una instalación del registro fotográfico que se hizo del cadáver del guerrillero, de las famosas fotos donde yace muerto, con los ojos abiertos, rodeado de periodistas y de militares. Esta fotografía ha sido comparada con El cristo muerto, de Mantegna, y con La lección de anatomía, de Rembrandt, y la serie busca entender el poder de la fotografía. La instalación incluye una película con la entrevista con el autor, el fotógrafo Freddy Alborta, sobre sus recuerdos de ese día en 1967, mezclado con secuencias de celebraciones populares en pueblos de la región andina de Bolivia, y con la lectura de un texto inspirado en El Testigo, de Borges. Esta instalación nos deja con la sensación de que nuestra memoria es manipulada por los medios periodísticos y militares, y con una tristeza al ver el trofeo en que se convirtió el Che y, por ende, las luchas sociales en nuestro continente.

El Che con su expresión beática, las pencas de plátanos cubiertas de plástico y colgadas en un sistema de cables que las transporta, como cadáveres, nos sustraen de la campaña boliviana de Guevara y de la nación guatemalteca. El mensaje de estas piezas es aplicable a países más grandes, más poblados y con tramas económicas más complejas, donde los plátanos han tomado la apariencia de tratados comerciales o de fondos monetarios internacionales que perpetúan una estructura colonial que nos convierte en repúblicas bananeras.

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