Pensé que era un error tipográfico y consulté diferentes medios para asegurarme que era un error. No hubo tal, era cierto. La nota decía: "Al Presidente electo le da gusto que haya polémica sobre el NAIM, pues así la gente se entera…". En buen cristiano, equivale a decir que prefiere el clima de confrontación a un debate claro en el que prevalezcan los argumentos y la razón. Ese sería el amplio y claro camino a recorrer, y no el de las supuestas encuestas y votaciones, que con una sola pregunta se definirá lo que de antemano se ha decidido. Abstenerse de crear fricciones entre la población es lo deseable, lo que busca todo gobierno.
Los retos que enfrentará la próxima administración son colosales y variados. Este valioso tiempo de transición debiera ser aprovechado para formular acuerdos y crear alianzas que permitan posibles soluciones, y no enrarecer el ambiente como ocurre cuando propicia polémicas como las siguientes: A) Los militares están nerviosos y deben serenarse. El desconocimiento de la lealtad de que han hecho gala con el comandante supremo de las Fuerzas Armadas, requiere reconocimiento y sobre todo respeto. Lo mismo lo han demostrado con presidentes priistas que panistas. ¿Para qué irritarlos? B) Dispersar al gobierno federal por todo el territorio nacional es una tarea de muy largo plazo, llena de obstáculos de orden muy, pero muy diverso que desde ya afecta a trabajadores, empleados y funcionarios. C) Existen numerosos cuadros que han avanzado a lo largo de sus vidas en el buen desempeño de sus tareas y han logrado puestos que les otorgan salarios que hoy les dan más de 108 mil pesos mensuales. No forman parte de una burocracia dorada. Se encuentran entre los mejores médicos, ingenieros y abogados del país. Todos están inquietos, incluso quienes desempeñan labores no especializadas. Son gente que busca honradamente ganar más y tener una vida digna para ellos y los suyos. Aquí no hay polémica, hay desesperanza. D) La FEPADE, la Suprema Corte y el INE son organismos al servicio de la mafia del poder. AMLO debiera saber que son organismo autónomos, ha costado muchísimo tiempo y energía crearlos y son ajenos a la esfera de poder del presidente. Por supuesto que tratarlos de ese modo crea polémica e insatisfacción. E) Les guste o no se hará el Tren Maya. ¿A quién le disgustaría tener un vehículo de pasajeros y de carga con mil 500 kilómetros de abarcamiento? Si el tren CDMX-Toluca de 57 kilómetros lleva cuatro años y no se ha terminado, ¿cuántos decenios llevará construirlo, qué daños ecológicos causará en la selva, cómo alimentar a los miles de trabajadores que tenderán el trazo, de dónde saldrán los recursos? No es un asunto de imponer, es un asunto de reflexión sin crear polémica ni discusiones estériles. F) La reforma educativa se cancelará… se acabó eso de evaluar a los maestros. Más que polémica, lo que eso despierta es asombro ante el desconocimiento de lo que ocurre en los países donde la educación es un baluarte en su desarrollo, como en Alemania, Corea del Sur, Holanda y países nórdicos. La evaluación de estudiantes y maestros es permanente y pregúntesenos a quienes tuvimos que pasar exámenes y diversos filtros para acceder y permanecer en universidades de México, EU, Asia y Europa. G) México está en bancarrota. No hay tal, se reconoce internacionalmente que la economía, además de estable, funciona mucho mejor que cualquier país de América Latina, quizás con la excepción de Chile. En bancarrota están Guinea Bissau, Haití, Burundi, Liberia. La sola declaración crea desazón y cautela en quienes pensaban invertir en nuestro país. Se pasa por alto que se han creado casi 4 millones de empleos y las exportaciones de hortalizas y legumbres ha crecido de modo muy importante. Tres estados tienen plantas de partes de aviones e instrumentos ópticos de precisión que se exportan cada vez más. H) No se sabe a quién otorgar amnistía ni cómo perdonar a ladrones, criminales y burladores de la justicia. Una gran polémica.
Los ejemplos podrían continuar y rebasar generosamente este espacio. No es el caso. Lo importante es que es tiempo de sumar, de eliminar tensiones y conflictos. La población requiere saber hacia dónde vamos y tener certeza de ello. De otro modo, las expectativas de crecimiento, armonía y equilibrio se irán al abismo.