Otros Ángulos

El zopilote negro y la incertidumbre

El Águila Azteca, se ha otorgado a políticos, científicos, diplomáticos, empresarios y hasta futbolistas; ahora, el toca a Jared Kushner, cuya única gracia es ser parte de la familia Trump.

Es un chavo que tiene un mérito: logró casarse con una linda mujer, que bien sabemos es hija del enfermo que ocupa la Casa Blanca en Washington. Ivanka Trump apoyó a su joven marido para que sea el principal y más cercano asesor del hombre que más nos ha insultado. No sólo de palabra sino constantemente con sus acciones y resoluciones. Si por él fuera, ya nos hubieran dado el trato que el Ku Klux Klan daba a los negros, o nos hubiera sometido aún más en todas las áreas.

Las credenciales que ostenta este joven, casi únicas, consisten en ser parte de la familia del negociante millonario que es visto en el mundo como un hombre inculto, mentiroso, lleno de mañas y supra poderoso. El joven tiene derecho de picaporte a la oficina oval y siembra sus recomendaciones en la oreja derecha de su padre político. Su nombre es Jared Kushner y públicamente acaba de ser felicitado por haber sido designado por el saliente gobierno mexicano para recibir el máximo galardón que hemos inventado para los extranjeros que nos hubieran favorecido con servicios prominentes dados a la nación o a la humanidad.

El Águila Azteca, esa distinción no es nueva, ha sido otorgada desde hace un centenar de años a políticos, científicos, diplomáticos, empresarios y hasta futbolistas, como fue el caso de Bora Milutinović.

¿Por qué ahora al yerno de Trump; qué ha hecho en favor de la Patria? Mucho. Luis Videgaray, quien confesó entraba a Relaciones Exteriores como aprendiz, se convirtió rápidamente en amigo de ese lúcido yerno, y desde esa posición le habló a su suegro de Luis, el mismito que influyó en Peña para invitarlo a Los Pinos en plena campaña presidencial y así ganar puntos que pudieron sumar para su elección.

¿Acaso se quieren más méritos? Pues los hubo. Jared, como le dice Luis, colaboró –quién sabe cómo–, para que el tratado comercial avanzará.

En consecuencia, Luis se la debía a su cuate y qué mejor que colgarle al pecho el águila y con ello sellar un acuerdo fraterno. Ahora Luis y Jared han superado todas las barreras de fronteras y obstáculos para volverse entrañables. ¿Queda claro?

A Luis, nuestro Luis tan influyente como arrogante y sobre todo tan insensible que no le importó el momento por el que atraviesan las multicaravanas de migrantes centroamericanos y las consecuencias que ya nos han traído. Tampoco el que el galardón se otorga a minutos de terminar la administración de Enrique Peña, quien abdicó el 2 de julio y quien nos deja la impresión de haberse plegado ante Trump, los secretarios de Estado y de Seguridad yanquis y, de paso, ante Jared.

La distinción en esta ocasión no es el Águila Azteca, es el Zopilote Negro.

Luis paga varios favores y, por si fuera poco, se bien acomoda para un futuro que a muchos les parece incierto, pero no para él.

Mientras ocurre esa comedia, el gobierno entrante nos regala pedazos de incertidumbre y de franco temor. ¿En el caso de la amnistía a delincuentes, también se les otorga a los políticos, empresarios y funcionarios bribones del reciente pasado, o la honradez comienza mañana sábado 1 de diciembre?

El que AMLO diga que no habrá expropiaciones y los inversionistas tendrán buenas utilidades, ¿son promesas o advertencias; se repetirán encuestas para que el pueblo sabio reverencie las decisiones de un solo hombre? La libertad de expresión, ¿será para los aduladores del régimen o habrá migajas para quienes nos resulta incómodo estar de rodillas?

¿En cuántos años tendremos paz y justicia en el país?

Desaparecida la mafia del poder, ¿cómo se llamará a esta nueva?

¿Qué tiempo tomará el aprendizaje de un gabinete claramente inexperto y propenso a cometer errores tan costosos, como lo ya cometidos?

Usted que envía carga aérea y utiliza constantemente aviones, ¿cuándo piensa que despegará o aterrizará en Santa Lucía?

Finalmente una nota personal: Si a Taibo le arreglan la Ley Federal de Entidades Paraestatales para ser designado director del Fondo de Cultura Económica (FCE), como autor exigiré que mis dos libros, TV o prisión electrónica y La publicidad os hará libres, sean retirados del archivo de esa casa editorial.

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