El Escritorio de Baco

¿El mejor vino es el que más te gusta?

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Les aseguro que esta frase la han escuchado con frecuencia. ¿Será cierto?

Establezcamos punto de referencia. Existen dos conceptos totalmente diversos, el gusto y la calidad. El primero es subjetivo y se refiere al disgusto o placer que nos cause beber una copa de vino. La calidad es un concepto totalmente objetivo y medible, en el que debemos sustraernos de nuestras preferencias.

Muchos asiduos bebedores de vino, profesionales y aficionados, afirman vehementemente que la calidad del vino va en función del gusto. Estas afirmaciones sólo desorientan a quienes tienen interés en acercarse al vino.

Ahora bien ¿cómo se valora la calidad de un vino? A través de un análisis sensorial conocido como cata. Los pasos de la cata son calidad son tres. La vista es el primer aspecto a evaluar, en el que se analiza el color, edad y estado. Si el vino no tuviera defectos visibles como la turbiedad, manchas u opacidad entonces sigue la evaluación olfativa cuyos aspectos a valorar son: ausencia de aromas de defecto, intensidad aromática, complejidad -variedad de aromas-. Por último en la fase gustativa, se examina la intensidad en boca, la confirmación de promesa olfativa y la permanencia aromática en la vía retronasal, también llamada, retrogusto.

La evaluación global del vino se le conoce como armonía. Se dice que un vino es armónico cuando no presenta defectos a la vista, es intenso, complejo y con aromas que permanecen en nariz y en boca, confirma la promesa olfativa, tiene un retrogusto prolongado. Para amar a alguien tienes que conocerlo, para enamorarte más del vino la cata es el camino ideal. De hecho los pasos para enamorarse son los mismos que la cata: Vista, atracción, olfato, provocación y gusto confirmación.

El vino no nació para ser catado, la cata es para quienes pretenden analizar un vino y determinar su calidad. Para todos aquellos que solo quieren disfrutarlo, que son la mayoría, lo más importante es que el vino sea placentero, cautivarnos con sus aromas y al igual que una buena persona, un buen vino debe ser coherente.

El vino que más les gusta, es precisamente eso, su favorito, pero más allá de su calidad, será el que se elija para la ocasión que ustedes decidan.

El mejor juez será nuestro paladar. Les aconsejo incorporar el vino a su dieta diaria, será la mejor forma de practicar. Lo más importante es disfrutar el vino. Aprovecho para felicitar a Casa Madero y la sorpresa de la enología mexicana, Pauta, de la Bodega Concierto Enológico, por las medallas obtenidas en el concurso más difícil en el mundo del vino, VINALIES en París a principios de esta semana. ¡Salud por el vino mexicano.

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