Por Santiago Leal Singer, estratega Senior de Tipo de Cambio en Banorte*
Si bien es un hecho que la postura de la Reserva Federal (Fed) es siempre una prioridad para los participantes del mercado, el proceso de normalización monetaria por el que actualmente atraviesa es particularmente crítico conforme intenta retirar casi una década de inyecciones de liquidez y estímulo sin precedente, siguiendo la gran crisis de 2008. En este sentido, la dinámica de inflación en Estados Unidos es actualmente uno de los mayores catalizadores para los mercados globales.
Dada la dimensión y profundidad del mercado norteamericano, así como su relación con el desempeño financiero global, la labor del Fed debe realizarse con extremo cuidado y utilizando su propia narrativa, de manera gradual. Similar a un barco con sobredimensiones, las consecuencias de virar el timón violentamente pueden ser graves.
Las expectativas del mercado sobre la trayectoria del Fed no son inmóviles y son reflejo, tanto de las condiciones económicas, como de las herramientas de comunicación que la misma autoridad utiliza como guía. En este sentido, la gradualidad de la ejecución de la política del Fed también es reflejo de condiciones económicas que, aunque activas, por el momento son relativamente estables y con cierto grado de predictibilidad.
En particular, la escena de inflación en Estados Unidos ha dado espacio a mayor restricción monetaria a pesar de que al interior de la estructura de formación de precios subyace el efecto de la revolución tecnológica. En términos generales, la inflación se ha mantenido contenida por el avance de nuevas tecnologías. La automatización, destrucción del trabajo rutinario, comercio electrónico, avances en poder computacional y muchas otras disrupciones tecnológicas han alimentado una circularidad de precios más bajos.
Este pareciera ser el estado actual, o al menos un elemento que explica los bajos niveles de inflación que las economías desarrolladas experimentan. Sin embargo, un potencial 'cisne negro' (hecho imprevisto en el mercado, un verdadero riesgo de cola) es que dicha lectura sea equivocada abriendo lugar a un choque inflacionario al interior de Estados Unidos que active una maniobra violenta del Fed, desencadenando importantes desequilibrios que con alta seguridad impactarían en primera instancia a los mercados emergentes.
Algunos temas que pudieran al menos nutrir la dinámica de inflación en Estados Unidos en el corto plazo son el escalamiento de la guerra comercial y el impacto arancelario, así como el ascenso reciente de los precios energéticos.
*Las opiniones que se expresan en esta columna no necesariamente coinciden con las del Grupo Financiero Banorte, por lo que son responsabilidad exclusiva del autor .