Rincon Del Experto

Incertidumbre lastró el crecimiento

Joan Enric Domene analiza cómo los factores TLCAN, Donald Trump y el proceso electoral lastraron la inversión y las exportaciones en México.

Joan Enric Domene, analista económico

Un panorama de alta incertidumbre económica y política causó una brusca desaceleración de la actividad económica durante el segundo trimestre. La comparación respecto al trimestre anterior ajustada por estacionalidad reflejó una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) de 0.2 por ciento (1T: +1.0 por ciento). La posición beligerante del presidente Trump en contra del TLCAN y el proceso electoral en México lastraron la inversión y las exportaciones, a la vez que se diluyó el efecto de los trabajos de reconstrucción tras los sismos del año pasado.

Por otro lado, el sector servicios, que concentra el grueso de la actividad económica, creció 0.2 por ciento. Al interior, el crecimiento en servicios inmobiliarios, financieros y de transporte compensaron la contracción en el comercio minorista y mayorista, lastrados por el efecto en la renta disponible del aumento en los precios de gasolinas.

Pese a esto, creo poco probable que se agudice la desaceleración económica. De un lado, el resultado electoral en México consiguió inyectar optimismo entre los consumidores y un firme mercado laboral, junto a niveles máximos históricos de remesas, favorecerán el consumo. Del otro, el reciente principio de acuerdo entre Estados Unidos y México en la renegociación del TLCAN sugiere que ambas economías seguirán estrechamente vinculadas. Además, la transición política interna parece llevarse de forma ordenada y se espera cierta continuidad en materia fiscal.

Una demanda interna firme y una percepción ligeramente menos adversa en el sector privado favorecerá un repunte de la actividad en el tercer trimestre, evitando así una recesión técnica.

Sin embargo, la persistencia de riesgos mantendrá el crecimiento en niveles moderados. Incluso con una resolución positiva de las negociaciones trilaterales del TLCAN, la agenda económica del nuevo gobierno electo sigue difusa y la política proteccionista de Estados Unidos supone un riesgo para el crecimiento global. Por otro lado, el proceso de reducción de estímulos y alza de tasas por parte de las principales economías supone un riesgo a la estabilidad financiera de las economías emergentes.

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