Allá en Jalisco se escucha un cuento en estos días. Un cuento, dicen enterados en la materia, que podría no resultar feliz, sino más bien terrorífico, pero que por lo pronto es de suspense. Y no, no me refiero a la crisis de abasto de gasolina que viven mis paisanos, y otros muchos, desde hace dos semanas. Es una historia sobre la leche, donde el papel principal también lo lleva ya saben quién.
El cuento va así. Sucede que el fin de semana el presidente Andrés Manuel López Obrador visitará Jalisco y, entre otras cosas, anunciará el precio de garantía de la leche. Éste pasaría de 7 pesos a 8.20 pesos.
La historia dice que el anuncio ha sido ya publicitado por las redes morenas en el estado, particularmente en la zona de Los Altos de Jalisco, cuenca lechera como las que más (aporta 20 por ciento nacional). Ahí, a partir incluso de perifoneo, desde días atrás se han anunciado las buenas nuevas: en cosa de nada, los productores de leche serán testigos de cómo, por decisión presidencial, ganarán 17 por ciento más.
La cuestión es que en una de esas, si la historia no sigue por donde sus ideadores pretenden, el ciclo económico de la leche podría terminar por salirse de madre, generando escasez por un lado y abundancia por otro, y consumidores enojados en el medio. ¿Les suena?
El punto es que una buena idea, pagar más a productores de leche pobres, puede llevar a que una industria sufra un corto circuito mayúsculo. El éxito de la medida estribará, dice un conocedor de la materia, en que expliquen y comuniquen bien qué es lo que pretenden y a cuántos beneficiará y a quiénes no.
Los 8.20 pesos se les pagarían a aquellos productores que sacan al mercado menos de 2 mil litros diarios. En México hay "250 mil productores, la mayoría pequeños: el 92 por ciento tiene menos de 100 vacas y el 75 por ciento, menos de 50". (Fuente: http://www.cronica.com.mx/notas/2019/1106530.html)
Las fuentes se preguntan qué va a hacer el gobierno con el resto de los productores, con aquellos que aportan más de 2 mil litros al día.
"Como están bajando esa señal, como están haciendo llegar el mensaje, los lecheros podrían entender que toda la industria tiene la obligación de pagar, parejo, los 8.20 pesos. Así van a generar frustración y confrontación entre los productores", aventura una de las fuentes.
Porque habrá quien quiera que su leche le sea tomada a ese nuevo precio de garantía, pero ni las procesadoras de leche para venta al consumidor, ni la industria de los quesos y yogures, estarían dispuestas a comprar el litro a ese precio. Empresas como Nestlé, Danone o Lala no estarían dispuestas, según lo que se ha escuchado en Jalisco, a pagar más allá de un rango que va de 7.10 a 7.30 pesos por litro.
Además de que el precio actual en realidad no es de 7 pesos. Ese es el monto que alcanza la leche de mejor calidad. Antes de esa cifra hay varias categorías que, lógicamente, son tasadas con distinto precio.
"No están siendo claros en cómo se estructurará la lista de precios, de cómo se fijarán los premios de calidad hasta llegar a los 8.20 pesos. Si se instala la idea de que es a 8.20 como sea, echarás al suelo todos los sistemas de calidad y de productividad", dice la fuente.
Otra forma de ver el impacto que esta medida podría tener es a partir de cómo el mercado mexicano está infestado de productos alternativos como las llamadas "fórmulas lácteas", que llegan a tener un precio al consumidor de 9 pesos el litro. Frente a esas "fórmulas lácteas" el mercado de consumo final no está en condiciones de absorber el incremento pretendido por el gobierno federal, dicen las fuentes: "si pagas 8.20 pesos al productor, y a eso le sumas los gastos de procesamiento, empaque, transporte y distribución, entonces no hay forma de resultar competitivo.
"Va a bajar el consumo de la leche. Punto. Si resulta mal, para abril o mayo vamos a estar nadando en leche. Por cara. Y porque el mercado está lleno por productos que el consumidor ve como si fueran leche".
El gobierno podría decir que esa leche la comprará Liconsa (que actualmente adquiere 800 mil litros de los 6 millones diarios que produce Jalisco), pero está por verse si Liconsa tiene la capacidad de absorber todo lo que saquen los pequeños productores y si, desde ya, no se va a generar una expectativa, imposible de cumplir, en los lecheros de todo el estado, que sin mediar cantidad ni calidad producidas querrían que se les pague 8.20 pesos el litro.
Y en esta historia, claro está, sólo hemos hablado de Jalisco. Hay que ver cómo resulta el cuento a nivel nacional. Ojalá este sí acabe bien. Qué misterio.