El periodista estadounidense Jay Rosen se pasó el verano en Alemania. Estuvo ahí dedicado a entrevistar colegas de esa nación. Conversó con 53 de ellos, y a todos les preguntó sobre los motivos de su quehacer periodístico y sobre el rol que los alemanes esperan de sus medios de comunicación.
Rosen, especializado en crítica de medios de comunicación, publicó el mes pasado un texto donde resume sus hallazgos. Le llamó "Carta a la prensa alemana".
En ese texto Rosen identifica cinco pilares básicos del quehacer periodístico en Alemania. El primero, la libertad de prensa (el gobierno debe mantener "sus manos fuera de los medios"). El segundo, dice el estadounidense, "es que algunas cosas son más importantes que el derecho a publicar: la vida privada, los derechos de las víctimas y prevenir el discurso de odio, por ejemplo".
El tercer pilar detectado es que los medios electrónicos son demasiado importantes y tienen una influencia de tal tamaño que no pueden ser dejados al mercado o al Estado, y que, por tanto, en medio de ello está el sistema de medios públicos de Alemania, que tiene como misión "el ayudar a los ciudadanos a formarse sus propias opiniones, basadas en conocimiento y no en propaganda".
El cuarto pilar, que según Rosen es el menos mencionado por las personas que entrevistó, corresponde al deber que asumen los periodistas alemanes de proteger los derechos de las minorías y prevenir que los extremismos de derecha o izquierda dominen el debate público. "No sólo en sus opiniones en privado sino también en su trabajo, los periodistas son defensores de la democracia liberal y de la dignidad del ser humano".
Y el quinto pilar es relativo a lo que en otros países se conoce como objetividad o imparcialidad: mantén una distancia profesional con respecto a lo que cubres.
La aparición de esta carta a la prensa alemana ocurre al mismo tiempo de que en México se habla de "crisis" en algunos medios de comunicación, versiones que surgen a la par de recortes de, por un lado, reporteros, editores, periodistas gráficos, y por otro de editorialistas.
En el horizonte de la prensa mexicana se vislumbra el cambio de gobierno federal con el consiguiente anuncio, de la administración que iniciará en diciembre, de que cambiará la forma de repartir la publicidad oficial, transformación que para empezar podría traducirse en un recorte de alrededor de la mitad de ese presupuesto.
Al igual que con otras cosas, es un misterio lo que realmente hará Morena en términos de publicidad en medios cuando finalmente asuma el poder.
Mientras eso ocurre, qué tal tomar como una provocación los pilares definidos por Rosen para la prensa alemana e intentar definir los fundamentos que caracterizan hoy el quehacer periodístico en México.
¿Existe una conciencia compartida por los periodistas mexicanos sobre la misión de nuestra prensa, así como de sus pilares en estos tiempos? ¿Qué valores priman en nuestro quehacer, qué límites reconocemos, en qué somos intransigentes y qué agendas tratamos de promover?
El nuevo gobierno federal imprimirá desde los presupuestos una dinámica que impactará –más o menos, ya lo veremos– en la prensa. Ese cambio sería más dramático, para bien, si además la admnistración entrante corrigiera la mala ley que sobre el tema se aprobó en abril, esa que perpetúa la discrecionalidad del reparto de fondos publicitarios gubernamentales.
Ante ello, qué tal si dejamos de discutir el periodismo con "voceros" de AMLO, y nos ponemos a debatir sobre, sea quien sea el presidente, cuáles son nuestros pilares, y desde dónde los periodistas resistiremos a todo poder.