La Feria

Qué raro es MC

Salvador Camarena escribe que uno pensaría que MC tiene cancha libre para encabezar las demandas de la sociedad civil; pero no, en las primeras de cambio se les vio medrosos ante los morenos.

Qué raro es Movimiento Ciudadano. Tiene fuerza propia para aprovechar cada una de las coyunturas que se le atoran a los otrora grandes partidos, y sin embargo se achica.

Ayer fue un domingo de fiesta para el partido naranja. En Jalisco inauguraron una era: gracias a sus triunfos del 1 de julio desde ayer sus alcaldes gobiernan al 80 por ciento de la población. Y, claro está, en diciembre asumirá las riendas jaliscienses Enrique Alfaro, líder no oficial de ese partido.

Jalisco fue de los pocos estados donde la ola Morena no devoró todo. Desde ahí, Movimiento Ciudadano mandó a San Lázaro 16 legisladores. Y en el Senado aportaron dos de siete.

Con esa fuerza, y dado que cuenta en sus filas con gente como Patricia Mercado, Martha Tagle, Jorge Álvarez Máynez, Clemente Castañeda, entre otros, se esperaría que fuera un partido dinámico, listo para aprovechar cada oportunidad y mostrarse como alternativa a Morena, pues no cargan la losa del desprestigio que lastra a PAN, PRD y PRI. Extrañamente, no es así.

La primera señal rara de los naranjas ocurrió con la aprobación de licencia a Manuel Velasco, el verde exgobernador constitucional del Chiapas.

La promesa de MC de abanderar las causas ciudadanas no pasó la primera prueba. En esa ocasión, en las redes se desató una tormenta de cuestionamientos tanto de la legalidad de la pretensión de Velasco, como del procedimiento legislativo mediante el que se repuso una votación que Manuelito ya había perdido. ¿Cómo votaron los senadores naranjas? Exacto: naranjas no se opusieron a la maniobra. ¿Y la promesa de que eran distintos?

Cosa parecida ocurrió la semana pasada. La decisión de Morena de entregar a Encuentro Social las comisiones de Salud y Cultura se toparon con un alud de críticas ciudadanas y con un muro de silencio de la mayoría de los notables de MC.

Es muy raro Movimiento Ciudadano. ¿Cómo entender que sus legisladores presumieran toda la semana pasada de que quieren una ley de seguridad social para el mundo de la cultura y un presupuesto cultural de mínimo el 1 por ciento del PIB, pero al mismo tiempo dejaran sola a la exsenadora y ahora diputada Martha Tagle, quien organizó una protesta en contra de que Morena entregara las comisiones de Cultura y Salud al PES?

Y qué raras las versiones que surgirían luego, esas que indican que incluso Tagle recibió presiones de MC para que se retractara de su demanda de quitar al PES esas presidencias, contentos como estaban los naranjas con sus tres comisiones en San Lázaro.

Las versiones indican que la discusión entre la diputada y el tapatío Tonatiuh Bravo llegaron al punto de que éste le comentó que "no le convenía ser independiente", a lo que la legisladora habría contestado que ni se les ocurriera sacarla de la bancada y que no se iba a salir "porque los nuevos son ustedes".

¿Será por esa postura que el 26 de septiembre, y luego de quedarse sin ningún cargo en comisión alguna, Tagle tuiteó: "La independencia tiene costo, pero siempre, siempre vale la pena pagarlo"?

Uno pensaría que MC tiene toda la cancha libre para encabezar las demandas de la sociedad civil. Podrían ser vistos como un partido distinto, lejano a acuerdos cupulares y dispuesto a desafiar la hegemonía morena. Pero no, en las primeras de cambio ya los vimos votando con el Verde y medrosos ante los morenos.

Qué raros, teniendo todo para ser la verdadera oposición van dos veces que prefieren un juego ratonero. ¿Será que no tienen madera para ser grandes?

COLUMNAS ANTERIORES

Contra la (nueva) oligarquía
Un error histórico

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.