Opinión

¿Protege sus datos?

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¿Le llaman por teléfono, dicen su nombre y que ganó el premio de un sorteo en el que no se inscribió y que por ello puede acceder a un descuento o a hacerse de una tarjeta de crédito que no pidió? ¿Recibe mails similares? Pues alguien está haciendo mal uso de sus datos personales y violando sus derechos.

Justamente ayer domingo se conmemoró el Día Internacional de Protección de Datos Personales. Estos se componen por toda información que hace identificable a nuestra persona. Nos dan identidad, nos refieren y describen con precisión: nuestro nombre, domicilio, edad, teléfono, mail personal, currículum, patrimonio, características físicas (incluyendo ADN y huella digital) y estado de salud (presente o futuro), origen étnico y racial, ideología (política, filosófica, económica…) y convicciones espirituales o religiosas, preferencias sexuales y números de identificación oficial (IMSS, RFC, CURP, etc.). Pueden definirse como cualquier información que lo define o identifica, sin importar su formato (alfabético, gráfico, numérico, sonoro o video) ni continente (papel, memoria informática, DVD, USB, www, etc.).

Pertenecen a su titular, aunque es necesario proporcionarlos a otros para hacer un trámite, comprar un producto o contratar un servicio. De manera común, tanto particulares como entes públicos recaban nuestros datos.

La conmemoración organizada por el INAI y el Info-DF tuvo por tema "Datos Personales Sensibles. Una responsabilidad compartida", ante la urgente necesidad de tutelar el tráfico de información, pues los datos personales tienen gran demanda en mercados ilegales, en el que se comercializan principalmente los relacionados con salud o cuentas bancarias. Según Cybercrime and other Threats Faced by the Healthcare Industry, de 2017, una base completa de datos de registros electrónicos de salud puede venderse hasta en 500 mil dólares.

El tratamiento indebido de datos personales sensibles en un contexto digital, caracterizado por el incesante crecimiento del uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones, ha producido en los últimos años el incremento de ilícitos que afectan profundamente y desestabilizan a quienes son víctimas de ellos, como es el caso de la suplantación de identidad, y el uso no autorizado e ilegal de datos.

De acuerdo con el "Estudio sobre el Valor Económico de los Datos Personales" (AMIPCI y Secretaría de Economía, 2016) en México existen mercados ilegales que operan en Internet: números de seguridad social y tarjetas bancarias se venden entre $26 y $56, las bandas magnéticas de las tarjetas de crédito entre $243 y $990, y los datos bancarios, requeridos para las llamadas de fraudes bancarios, pueden costar $174.

De acuerdo con la UNODC, el robo o suplantación de identidad es uno de los principales delitos económicos en el mundo, con ganancias para los criminales de más de mil millones de dólares por año.

México está ocupado en el tema, tenemos buenas leyes y autoridades eficientes (INAI), pero también hay graves deficiencias para resguardar los datos personales. Si bien no es un delito originado en México, sino importado por la mafia rusa y organizaciones criminales sudamericanas, principalmente de Colombia y Venezuela, somos muy vulnerables por la falta de cultura financiera y la debilidad institucional para resguardar estos datos y para perseguir este tipo de delitos.

De acuerdo con la Condusef, el año pasado, bajo esta modalidad, los delincuentes obtuvieron en México más de 11 mil 204 millones de pesos; 22 de 32 bancos registraron incrementos de esta incidencia con respecto al año previo. El delito se presentó en casi 70 por ciento de las instituciones financieras y fue reportado por casi 5 millones de personas. La cifra sigue creciendo. Los delincuentes buscan hasta en la basura estados de cuenta, copias de identificaciones oficiales o cualquier papel que contenga datos personales (trashing).

El virus informático Wannacry atacó a cientos de miles de usuarios en todo el mundo, secuestrando la información de sus ordenadores. Tenga cuidado, pues prácticamente el 100% de las computadoras y móviles tienen fallos llamados Spectre y Meltdown, desperfectos que permiten a los ciberdelincuentes robar en un instante todo el contenido de su memoria. 

Sólo con cruzar las calificaciones que los usuarios de Netflix dieron a las películas y los datos de Internet Movie Database, se pudo identificar a una enorme cantidad de usuarios.  

La salvaguarda de datos personales es un derecho fundamental; su violación puede acarrear discriminación, graves riesgos, fraude, merma económica y hasta suplantación de identidad. No desdeñe los avisos de privacidad ni firme todo lo que le presentan sobre ello.

Twitter: @salvadoronava

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