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AMLO y la presa

El próximo presidente hace promesas y ofrece asignar recursos, entre otros comentarios, que hasta la fecha no han tenido impacto en los mercados, pero poco a poco pueden impactar en la confianza.

Promesas que implican un fuerte aumento del gasto, como es la refinería en Tabasco, el Tren Maya o el compromiso de que el sistema de salud público será como en las naciones escandinavas, con todo gratuito. Decenas, quizá cientos, de miles de millones de pesos que habrá que encontrar en alguna parte, porque la firmeza del presidente electo es patente: "me canso ganso", fue la frase. ¿Qué le ocurrió a la paridad cambiaria? Nada de volatilidad, menos todavía una abrupta depreciación. Los tuits del presidente de Estados Unidos mueven al peso, no los dichos y ofrecimientos de su futuro colega.

AMLO ofrece que la Constitución se modificará para que los aumentos salariales sean siempre superiores a la inflación. Una medida que, de cumplirse, sería (paradoja) claramente inflacionaria, llevando a una espiral en el aumento de los precios. Las declaraciones son como piedras en un estanque: hacen ruido para luego desaparecer. Los mercados no muestran intranquilidad.

Se conocen los detalles para la consulta popular con respecto al futuro aeropuerto (o aeropuertos) que servirán a la Ciudad de México. El proyecto de infraestructura más ambicioso en décadas, a medio construir, pende de un hilo. ¿Es la consulta un pretexto para mantener Texcoco, en contra de lo prometido en campaña? ¿Es, en cambio, la excusa para fundamentar una cancelación que implicaría contratos rotos y enormes compromisos financieros ignorados? No se sabe, pero lo cierto es que dicha consulta no cumple con los requerimientos legales establecidos. Tampoco importa, es la voluntad del futuro presidente para cobijar su decisión, sea la que sea. ¿Pánico entre inversionistas? No.

Con desparpajo, sin tapujos, quien tomará las riendas del Ejecutivo habla de proyectos sin que existan estudios, ignora olímpicamente las objeciones que se presentan, habla de asignar futuros contratos a empresas específicas con campechanía. Ya el Congreso de su estado natal aprobó la legislación necesaria para que los contratos de construcción de la futura refinería se asignen en forma directa. Cuestionado sobre el impacto ambiental del Tren Maya, que al parecer pasará por biósferas protegidas, la respuesta fue llana: "no se derribará un solo árbol". ¿Qué ocurre en la Bolsa Mexicana de Valores? Nada, el índice accionario mantiene su ritmo habitual.

Si algo sale mal en su gobierno, advirtió López Obrador, será culpa de las circunstancias externas o bien del Banco de México. En otro momento criticó a su futuro secretario de Hacienda. ¿Aumentó el riesgo país de México en los mercados de capital a raíz de esas declaraciones? Para nada.

Uno tras otro, con diferente intensidad, pero sistemáticos, van los golpes a esa cortina de concreto, la presa de la confianza. El problema es que aguanta, al parecer indestructible, hasta que por fin se abre un pequeño orificio. Y de un pequeño hilo de agua inicia en forma súbita el resquebrajamiento que lleva al colapso y a ese alud brutal que se llama crisis.

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