Victor Manuel Perez Valera

Vivimos en un régimen de corrupción e impunidad alarmante: CEM

El columnista hace un repaso al Proyecto Global de Pastoral de la Conferencia Episcopal Mexicana, donde se analizan aspectos religiosos, sociales y políticos del país.

El domingo 13 de mayo se publicó el Proyecto Global de Pastoral (PGP) de la Conferencia Episcopal Mexicana, la cual reúne a más de 100 obispos. El documento consta de 68 páginas , divido en 195 párrafos. En él se analizan aspectos religiosos, sociales y políticos del país. Sobre estos últimos se subraya que: "Las cifras de escándalo que se nos dan en estos tres campos: corrupción, impunidad e ilegalidad, nos llevan a encender los focos rojos y a trabajar por la transparencia de las instituciones" (PGP 60).

La relación entre religión y política, cuando no se trata de política partidista sino del bien de la polis, es muy importante. La religión no es un modo de ver determinados aspectos de la vida, como los ritos y símbolos sagrados, sino un modo de ver todos los aspectos de la vida. Se cuenta que un predicador blanco cuestionó al pastor Martin Luther King, Jr., sobre la defensa de los derechos humanos de los afroamericanos, aduciendo que el ministro de culto debe conducir las almas a Dios y no llevarlas a la confusión de "los transitorios problemas sociales". Las enseñanzas de la Biblia nos dicen lo contrario. En efecto, el mensaje de los profetas de Israel no está centrado en lo religioso en sentido restringido. El profeta más que preocuparse por los asuntos de los rituales del templo –cuando lo hace es para criticarlo por su formalismo– se preocupa por la política de los gobernantes, los asuntos del mercado, la situación precaria de las viudas y los huérfanos y la corrupción judicial. De este modo el profeta Jeremías escribe: "¡Pobre de aquel que construye su casa con cosas robadas, edificando sus pisos sobre la injusticia!... tú piensas: 'me voy a construir un palacio inmenso, con pisos espaciosos, luego abriré ventanas y las cubriré con madera de cedro, toda pintada de rojo'… Yahvé te pregunta: '¿actuar de esta forma es conocerme? Pero no piensas sino en tu interés y en derramar sangre y mantener la opresión y la violencia. Esto sí que te gusta'" (Jer 22, 13-17).

Es cierto que "lo bueno cuenta y cuenta mucho", pero lo malo es mucho y cuenta más. A este propósito la CEM subraya: "Nuestro país no aguanta más el robo, la opacidad, el despilfarro y el mal uso de sus recursos porque esto significa pobreza para sus pueblos y miles de historias humanas sin las condiciones necesarias para vivir con dignidad. Ningún Estado puede sobrevivir donde no se castigan los delitos, donde se han corrompido las instituciones de justicia y no existen los medios para procurar la aplicación de la ley para quien ha cometido algún delito" (PGP 60).

Es cierto que "un país no se construye en seis años", pero sí puede destruirse en este tiempo. La CEM se lamenta sobre todo "por los escándalos de corrupción, los salarios estratosféricos de políticos y funcionarios, la superficialidad de las plataformas de los artidos, la manipulación del voto que juega con la pobreza de la gente y los escasos resultados que se ofrecen para una vida mejor" (PGP 62).

El documento que comentamos no sólo es crítico, sino que ofrece una apertura al diálogo constructivo y eficaz: "La necesidad inaplazable por construir una paz firme y duradera en nuestro país, reclama que la Iglesia pueda sentarse a la mesa con muchos otros invitados: organizaciones ciudadanas, confesiones religiosa y autoridades civiles, entidades educativas, sectores políticos y medios de comunicación, entre otros, para que juntos, y aportando lo que les es propio a cada uno, podamos reconstruir el tejido social de nuestro país" (PGP 175).

Finalmente, en este documento no falta la autocrítica, se reconoce que, en muchos aspectos la sociedad percibe serios deterioros de la institución eclesial. Algunos manifiestan "un rechazo a la iglesia como institución, así como un creciente descontento con sus estructuras y un anti testimonio de muchos de sus pastores", en concreto, deplora los delitos de pederastia: "Como Iglesia [católica] hemos de comprometernos cada vez más para vigilar y erradicar este mal: atendiendo los daños de los afectados y de sus familiares en todos los aspectos, fortaleciendo la cultura de la denuncia de estos delitos, siendo más cuidadosos en la idoneidad y la formación para los candidatos al sacerdocio" (PGP 71).

El Plan de la CEM alude también a otros problemas álgidos, vale la pena leer todo el documento, en él se pide una educación valoral de niños y jóvenes, ya que un pueblo sin jóvenes sanos , humana y socialmente, es una nación sin futuro.

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