CIUDAD DE MÉXICO.- En medio de la más severa crisis en sus 25 años de historia por los trágicos hechos en Iguala, Guerrero, el PRD enfrentará los comicios federales intermedios de 2015 con el reto de superar el histórico techo de 18 por ciento que ha obtenido en esos comicios para renovar la Cámara de Diputados.
Entre la catarsis y la expiación por estos acontecimientos que cimbraron las estructuras del sol azteca –luego de que el alcalde perredista de ese municipio guerrerense, José Luis Abarca, hasta el momento es el principal responsable del asesinato de siete personas y la desaparición de 42 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa–, ese instituto político también buscará retener el gobierno de Guerrero, recuperar Michoacán y evitar un desplome en su principal bastión electoral, el Distrito Federal.
Con la expectativa de no perder su base electoral y que sus históricos votos no se muden hacia el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), de Andrés Manuel López Obrador, o al Partido Movimiento Ciudadano (PMC), los perredistas comandados por su líder nacional, Carlos Navarrete Ruiz, también intentarán no desaparecer de la geografía electoral en estados como Jalisco, Guanajuato, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Campeche, Yucatán y Colima.
Sólo con la concreción de alianzas electorales en algunos estados y distritos electorales federales, el Partido de la Revolución Democrática centrará su estrategia en plazas como Baja California Sur, en donde fueron gobierno en dos sexenios consecutivos, así como en Morelos y Tabasco, en donde hoy tienen las gubernaturas y en donde se elegirán diputados locales y presidencias municipales.
Además, en los comicios del Estado de México, donde estarán en disputa ayuntamientos y congreso local, ya que en las elecciones de 2012 ese partido sacó buenos dividendos electorales, así como en Michoacán y Chiapas, dos entidades que alguna vez fueron sus bastiones.
CONTRA LA HISTORIA
El sol azteca también tendrá que remar a contracorriente en la elección federal para la renovación de la Cámara de Diputados, en donde se eligen 300 diputados federales de mayoría relativa y 200 de representación proporcional, principalmente porque en esos comicios y desde 1991, cuando compitió por primera vez en esos procesos electorales, el PRD ha obtenido porcentajes por debajo del 20 por ciento.
Otro factor que afecta significativamente los resultados electorales de ese instituto son los altos índices de abstencionismo que se presentan en comicios intermedios, en donde el grueso de su votación es de su base histórica de electores.
Así, en los comicios de 1991, sólo a dos años de su fundación y bajo el asedio del régimen de Carlos Salinas de Gortari, el PRD obtuvo el 7.91 por ciento de los sufragios, por lo que colocó a sólo 41 diputados federales en San Lázaro.
Para el proceso intermedio de 1997 el sol azteca alcanzó el nivel más alto de votación en esas elecciones y, de la mano de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano –quien recientemente renunció al partido–, candidato ganador en los primeros comicios en la historia de la Ciudad de México para elegir a su Jefe de Gobierno, el PRD colocó a 125 diputados en la cámara baja y obtuvo 25.71 por ciento de la votación.
En 2003 la historia cambió. El sol azteca sólo alcanzó 17.61 por ciento de los sufragios, ante un abstencionismo del 58.81 por ciento, y logró 97 curules en la Cámara de Diputados, aunque en 2009 el descalabro fue mayor, al obtener el 15.61 por ciento de los votos y sólo 71 espacios en San Lázaro.