KANTUNILKIN.- En el pleno de una asamblea, que para los ejidatarios, propietarios originales, quienes participan en el movimiento "Yo defiendo a Holbox" es ilegal, se determinó este domingo dividir la isla en cuatro ejidos, lo que prácticamente daría pie al desarrollo del polémico proyecto inmobiliario La Ensenada, a cargo del grupo Peninsular Maya Developments (PMD).
La asamblea, que se llevó a cabo en el cabecera municipal del municipio de Lázaro Cárdenas, y no en la isla, estuvo custodiada por elementos antimotines de la policía estatal y en ella participaron los denominados "ejidatarios yucatecos" a quienes se señala como supuestos prestanombres de los promotores del proyecto, según señalan los ejidatarios originales de isla Holbox.
El consorcio PMD lo encabeza el empresario yucateco Fernando Ponce García, propietario de Bepensa, embotellador de Coca-Cola en la Península de Yucatán y junto con su yerno Ermilo Castilla y en sociedad con Inmobiliaria ARA, pretende invertir en una primera etapa una cifra estimada en 850 millones de dólares en el destino para un importante proyecto inmobiliario.
El plan en la isla contempla entre otras cosas, 875 villas y condominios, 195 habitaciones en tres hoteles, área comercial de tres mil metros, canales y un puerto.
En un proceso de disputa por los terrenos, todos en privilegiada zona costera, que lleva ya varios años, los ejidatarios del movimiento "Yo defiendo a Holbox", que no participaron en la asamblea, aunque tuvieron un encuentro aparte, reiteran que fueron despojados de sus tierras a través de engaños y que ahora están en manos de "ejidatarios yucatecos", al parecer prestanombres de los desarrolladores.
Además de la disputa agraria, está también la medio ambiental, pues aunque el proyecto se presenta como un desarrollo sustentable, que buscará preservar el entorno natural de la isla, con el uso de únicamente el 10 por ciento de la superficie, los nativos señalan que este significará el deterioro de la pequeña isla.
Holbox, que significa en lengua maya "hoyo negro", es una pequeña isla mexicana que se localiza en el extremo norte de Quintana Roo y pertenece al municipio de Lázaro Cárdenas.Tiene una extensión de 40 kilómetros de largo, dos de ancho y unos 34 kilómetros de playa hacia el norte. Es parte de la Reserva de la Biósfera y Área de Protección de Flora y Fauna Yum-Balam y es accesible por vía marítima desde el Puerto de Chiquilá. Ahí viven unas dos mil personas.
El proyecto desde su concepción se enfrentó ya a litigios en relación con la propiedad de la tierra e incluso, ha sido motivo de exhortos, pues en 2013, al Congreso de la Unión, pidió a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), no autorizar la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA).