CIUDAD DE MÉXICO.- El nuevo etiquetado frontal para alimentos y bebidas publicado en el Diario Oficial de la Federación el pasado 14 de febrero, es "engañoso e incomprensible" para la población, de manera que no sólo va en contra de la Estrategia Nacional para la prevención y control de sobrepeso, obesidad y diabetes, sino también en contra de lo estipulado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Así lo aseguraron integrantes de la Alianza por la Salud Alimentaria, que agrupa a más de 22 organizaciones y redes civiles, quienes exigieron la erogación de la misma al considerar que no cumple con las recomendaciones internacionales de la salud y está hecha "a la medida" de la industria.
Alejandro Calvillo, titular del organismo civil El Poder del Consumidor (EPC), indicó que a pesar de que la estrategia especifica en el etiquetado debe ser comprensible, no lo es, y así lo demostró una encuesta realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) a estudiantes de nutrición, donde sólo el 1.8 por ciento de ellos consiguió entender los etiquetados luego de seis minutos de análisis.
"La gente no lo entiende y eso está comprobado. No es fácil interpretar su etiquetado, ni es útil para hacer una buen selección de alimentos", sostuvo y agregó que es engañoso, porque retoma criterios laxos de la industria para el azúcar, haciendo pensar que hay un requerimiento de azúcares, cuando esto no es así.
"Este etiquetado señala que el criterio establecido para consumo diario de azúcar es de un total de 90 gramos (equivalentes a 18 cucharadas cafeteras), muy por encima de los 50 gramos (10 cucharadas cafeteras) recomendadas por la OMS como un máximo tolerable al día para un adulto", indicó Calvillo.
De hecho enfatizó que en estos momentos la OMS realiza una consulta pública sobre una propuesta para reducir su reconocimiento de ingesta máxima tolerable de 50 a 25 gramos, es decir cinco cucharadas cafeteras.
Al respecto Katia García, investigadora en salud alimentaria de EPC, explicó que a pesar de que la estrategia nacional estipula que el etiquetado debe informar sobre los azúcares añadidos, el etiquetado aprobado sólo establece el criterio de azúcar total, lo que representa un engaño.
El azúcar total incluye todos los azúcares presentes de forma natural en los alimento y bebidas, mientras que los añadidos son todos los azúcares que se agregan a los alimentos de forma artificial, que son los que se relacionan con el riesgo de presentar enfermedades y los que la industria no quiere mencionar, detalló.
Como ejemplo citó que un refresco de cola de 600 mililitros con el criterio de la estrategia tendría que indicar que está en un 126 por ciento arriba del máximo tolerable, sin embargo con el etiquetado aprobado dirá 70 por ciento del requerimiento diario recomendado.
"El nuevo etiquetado promovido por la Cofepris, tomó el criterio de que la industria venía utilizando sin ningún sustento científico" e insistió sobre la necesidad de que se incluya un etiquetado de semáforo, el cual deberá entender la gente y así tomar una mejor decisión alimenticia.