En un futuro no muy lejano, se espera que flotas de drones comerciales vuelen por los cielos. Empresas de toda clase de industrias emplearán los vehículos no tripulados para lograr ventajas estratégicas al inspeccionar infraestructura, monitorear cultivos e incluso calcular cuánto costará la instalación de un nuevo techo.
Y cuando todas estas máquinas vuelen, un torrente de información las seguirá como una estela invisible.
"Los datos son el nuevo petróleo", dijo el director ejecutivo de Intel, Brian Krzanich, esta semana en Dallas, durante la conferencia anual internacional Xponential, la feria comercial más importante de la industria de los vehículos no tripulados.
Krzanich citó una creciente "separación" competitiva entre las empresas que recolectan y analizan sus datos y las que no. Un solo coche autónomo puede generar los mismos datos que 3 mil personas navegando por internet, mientras que una pequeña flota de aviones no tripulados podría crear 150 terabytes de datos al día, dijo. "La tasa de datos va a explotar en los próximos años", señaló.
Pero, ¿cómo manejar este flujo de información?
"La operación de un vehículo no tripulado ha dejado de ser una actividad independiente", afirma Lockheed Martin en sus materiales promocionales para su software Hydra Fusion Tools. "Hay un surtido de mapas, fotografías y video que se transmiten y necesitan ser fusionados en una sola imagen operativa".
Este cambio, obviamente, está impulsando una serie de nuevos modelos de negocio para ayudar a las empresas a analizar y explotar las montañas de información.
En este universo se encuentra Airbus, el conglomerado aeroespacial europeo. La firma lanzó una nueva compañía de datos, llamada Airbus Aerial, para proporcionar una serie de servicios de drones, un campo que, de acuerdo con sus propias estimaciones, podría superar los 120 mil millones de dólares anuales a medida que se amplíe el uso de estas flotas.
Dirk Hoke, director ejecutivo del grupo de defensa y espacio de Airbus, presentó la nueva compañía el miércoles en Xponential.
La proliferación de los drones generará un cambio profundo en cómo las empresas emplean la vigilancia aérea y los datos.
Una diversa gama de firmas, que van desde aseguradoras a despachos de bienes raíces y gigantes energéticos, están transformando ya algunas de sus operaciones. Por ejemplo, las aseguradoras han visto que el monitoreo desde estos aparatos es una buena vía para evaluar las reclamaciones después de tornados y huracanes.
Airbus Aerial tiene como objetivo recopilar datos desde grandes altitudes con una flota de ocho satélites y aviones no tripulados, para luego emplearlos en un servicio de inteligencia para la agricultura, los seguros, la energía y la administración pública. Aerial tendrá su sede cerca de Múnich, además de oficinas en Atlanta.
La empresa considera que 2017 será un laboratorio para explorar el mercado, probando el negocio con "un grupo pequeño y selecto de clientes" que permitan determinar cómo valoran sus servicios, dijo Jana Rosenmann, vicepresidenta senior de sistemas aéreos no tripulados de Airbus.
El campo de los servicios de drones ya ha comenzado a ver una consolidación entre los jugadores más pequeños, con gran parte del negocio orientado a cortejar a las grandes empresas, consideró Jon Damush, vicepresidente de marketing de Insitu, subsidiaria de Boeing que construye y vuela aviones no tripulados .
Con el tiempo, dado el costo de la contratación de un servicio de estas naves, algunos de los usuarios más grandes, como mineras, podrían decidir comprar sus propios artefactos y software.
Para Nazlin Kanji, directivo de AeroVironment, un contratista de defensa con sede en Simi Valley, California, que construye drones para usos militar y civil, hay espacio "para muchos vendedores diferentes", desde compañías que ofrecen sólo almacenamiento de datos a otros que pueden vender recolección o análisis, o una combinación.