Cerca de una tercera parte de los clientes a la espera en la ventanilla de La Maison du Bitcoin en París no están ahí para especular sobre el valor de la criptomoneda. Están ahí para enviar dinero digital a África.
"En varios países africanos hay muchos más teléfonos móviles que cuentas bancarias", dijo Manuel Valente, cofundador de La Maison. "Para el bitcoin, todo lo que necesitas es un teléfono".
Zimbabue, donde el precio del bitcoin duplica al internacional después del golpe militar de esta semana, muestra a los escépticos de las criptomonedas como Jamie Dimon y Axel Weber, dónde yace su uso en el mundo real y posiblemente también su futuro.
Se está convirtiendo en la manera preferida de los residentes de economías en crisis para transferir dinero sin tener que lidiar con bancos, protegiendo sus ahorros del caos político, y evadiendo la depreciación de la moneda local, cuando ésta cae golpeada por la inflación.
No hay cifras sobre cuánto dinero digital se transfiere de las naciones industrializadas hacia los países en desarrollo. Parte del atractivo del dinero electrónico es la posibilidad de transferirlo anónimamente. Pero como han confirmado los eventos en Zimbabue, el bitcoin, la más popular de las criptomonedas, es más atractivo cuando la confianza en las instituciones cae.
"Refugio seguro"
"El bitcoin es un refugio seguro para la gente alrededor del mundo que no confía en sus gobiernos", dijo Andrew Milne, jefe de inversiones y cofundador de Altana Digital Currency Fund, un fondo de cobertura con 22 millones de dólares, que invierte en activos de criptomonedas.
"Hay muchos países donde la gente está buscando activos que no sean vulnerables a una debacle bancaria".
Zimbabue abandonó su propia moneda en 2009, el mismo año en que nació el bitcoin, después de que la hiperinflación llevase a imprimir un billete de 100 billones de dólares zimbabuenses. El país adoptó el dólar estadounidense, el rand sudafricano y el dinero digital.
La gente compra y vende bitcoins en una red segura entre pares que no depende de ningún gobierno o banco central. Tratar de controlar esto es "como tratar de atrapar el agua con las manos", dijo Alex Tapscott, máximo responsable de NextBlock Global, una firma de capital de riesgo que invierte en emprendimientos de cadena de bloques (blockchain), el sistema de registro digital de las transacciones hechas con criptomonedas.
Escepticismo sobre el bitcoin
Los líderes de los tres mayores bancos del mundo han expresado su escepticismo acerca de la estabilidad y resistencia del bitcoin. En septiembre, Dimon, el máximo ejecutivo de JPMorgan Chase & Co., amenazó con despedir a cualquier operador del banco que sea lo suficientemente tonto para apostar a la criptomoneda.
Weber, quien lidera UBS Group, dijo el mes pasado que el bitcoin no tenía ningún valor intrínseco porque nada lo respalda. A principios de este mes, el máximo responsable de Credit Suisse Group, Tidjane Thiam, dijo que "la única razón hoy para comprar o vender bitcoin es hacer dinero, lo que es la definición propia de especulación y de una burbuja".
Habitantes de países como Zimbabue y Venezuela, donde la inflación anual acumulada es de 825 por ciento, podrían discrepar.
En África, la conversión del bitcoin a moneda local es usualmente manejada por emprendedores, ya sea con oficinas de cambio con licencias similares a La Maison du Bitcoin en París, o a una menor escala, con un individuo con un teléfono y efectivo en el bolsillo, explicó Valente.
"Es como una oficina cambiaria móvil", dijo Valente. "Es muy descentralizado".
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