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Ella hace que migrantes en México aprendan a programar

Jóvenes que regresaron de EU o centroamericanos en el país tienen nuevas oportunidades gracias a Hola Code, un bootcamp, que en cinco meses les enseña a programar y luego conecta con empresas.

Cuando un joven migrante regresa a México no solo se enfrenta con una cultura e idioma distinto, también con un país que no le ofrece las condiciones laborales suficientes para lograr establecerse de manera óptima en su lugar de origen.

La mayoría de quienes retornan, trabajan en call centers con un ingreso mensual de entre 3 mil y 4 mil pesos, explicó Marcela Torres, quien creó Hola Code, un bootcamp, que en solo cinco meses capacita a jóvenes forzados a volver de Estados Unidos y refugiados centroamericanos en programadores del lenguaje JavaScript.

"Nos dimos cuenta de lo invisible que es la comunidad de migrantes de retorno, que no es ni siquiera un debate nacional y apenas y se menciona", explicó Torres, quien al lado del francés Nicolas Demelliers abrió la primera sede del bootcamp en noviembre pasado.

Anualmente, según cifras de la Secretaría de Gobernación, cerca de 540 mil migrantes mexicanos retornan de Estados Unidos.

"Los alumnos entran al bootcamp con un ingreso promedio de 3 mil o 4 mil pesos mensuales, y terminan trabajando con un ingreso promedio de 35 mil pesos mensuales. Trabajan como ingenieros de desarrollo de software, para empresas que desarrollan software, pero también estamos trabajando con bancos, plataformas de e-commerce", dijo la CEO de Hola Code.

El directivo explicó que ellos han procurado buscar buenos puestos de trabajo. Tras adquirir las habilidades en software durante cinco meses, la startup logra conectar a los nuevos programadores con compañías como Wal-Mart, Clip, Wizeline y Santander.

Por ahora, Hola Code cuenta con un campus en la colonia Juárez en la Ciudad de México, pero busca abrir su segunda sede en 2020 en la ciudad fronteriza de Tijuana. Hasta ahora, 21 jóvenes se han graduado del programa, mismo que en el bootcamp actual alberga a 32 más.

Torres espera que en noviembre logren tener la capacidad para albergar a 80 estudiantes y en junio próximo a 120.

La CEO descarta que Hola Code sea filantropía. "Es una empresa, si bien tiene una misión social, también tiene un modelo de negocio que genera y que tiene potencial de crecimiento. Tenemos inversiones privadas".

EL TRAYECTO

En Hola Code, destacó Torres, no se toman en cuenta grados de educación formal, sino habilidades como la capacidad analítica, la lógica de pensamiento y la resiliencia.

A diferencia de la educación tradicional, en el bootcamp los jóvenes aprenden mediante la resolución de problemas, todo es de manera práctica e incluso no cuentan con profesores sino con 'hackers in residence', es decir, expertos en programación.

Los admitidos deben asistir a sus mentorías de lunes a sábado durante cinco meses. Hola Code los provee de tres comidas diarias, además de un estipendio mensual de hasta 5 mil pesos. Mediante alianzas con instituciones de crédito, los alumnos no deben cubrir ningún costo, hasta que culminan el programa y logran conseguir un empleo en el sector.

"Cuando acaban un programa como Hola Code, tienen más horas trabajando en programación que si hubieran ido a hacer una ingeniería en una universidad, porque todo el tiempo aquí están programando. Los alumnos nos devuelven la colegiatura una vez que encuentran empleo en el sector", señaló la emprendedora.

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