Jay Y. Lee, heredero del Grupo Samsung, fue arrestado por acusaciones de soborno, perjurio y malversación de fondos, un paso que pone en peligro su ascenso al primer puesto en el mayor fabricante de teléfonos inteligentes del mundo.
El Tribunal Central de Seúl emitió la orden el viernes temprano; podrían pasar hasta 18 meses antes de que se dé un veredicto. La detención fue ordenada debido al riesgo de que Lee, de 48 años, pudiera destruir pruebas o huir, dijo un portavoz de la corte.
Los investigadores indagan si Lee, vicepresidente de Samsung Electronics, participó en la entrega de hasta 43 mil millones de wons (38 millones de dólares) para beneficiar a una amiga cercana de la presidenta surcoreana Park Geun-hye a cambio del apoyo gubernamental para consolidar el camino que le permitiría controlar el conglomerado fundado por su abuelo.
"Haremos nuestro mayor esfuerzo para revelar la verdad", dijo Samsung en un comunicado.
Las acciones de la firma cayeron arriba de uno por ciento en las primeras operaciones en Seúl. Antes de la detención, este año habían subido un 5.5 por ciento luego de un repunte del 43 por ciento en 2016.
"A corto plazo, podría tener un impacto en las acciones por el sentimiento y también porque han aumentado mucho recientemente", dijo Jung Sang-jin, gerente de fondos de Korea Investment Management. "A largo plazo, no habrá mucho impacto, dado casos anteriores cuando otros jefes de conglomerados fueron arrestados con pocos problemas para sus firmas".
El multimillonario heredero fue llamado el lunes a un interrogatorio de 15 horas mientras los investigadores buscaban más información. Un portavoz del fiscal especial dijo el martes que encontraron evidencia de que Lee ocultaba ganancias obtenidas a través de actos criminales y escondía activos en el extranjero.
El caso de Samsung es parte de una investigación más amplia sobre las contribuciones que decenas de compañías coreanas dieron a Choi Soon-sil, una confidente de Park. El escándalo ha sacudido a Corea del Sur con millones de personas saliendo a protestar. La presidenta Park fue llevada a juicio político y sus poderes resultaron suspendidos. Un tribunal constitucional determinará si es retirada en definitiva de su cargo.
Cuando declaró en una audiencia parlamentaria en diciembre, Lee dijo que nunca ordenó que se hicieran donaciones a cambio de favores y rechazó las acusaciones de que recibió apoyo gubernamental para impulsar la fusión de dos filiales de Samsung en 2015. Sin embargo, reconoció que tuvo reuniones privadas con Park y que Samsung dio un caballo con un valor de mil millones de wons para las lecciones ecuestres de la hija de Choi.
Lee ha sido el jefe de facto de Samsung desde que su padre Lee Kun Hee fue hospitalizado en 2014.
Cuando se propuso la fusión de Cheil y Samsung C&T, los accionistas lucharon contra ella, argumentando que el precio era demasiado bajo y consolidaría el control de la familia fundadora a expensas de los accionistas minoritarios.
El Servicio Nacional de Pensiones de Corea, un fondo de 452 mil millones de dólares de 22 millones de ciudadanos, era el mayor inversionista de Samsung C&T y votó a favor de la fusión, desempeñando un papel clave. Con la fusión, Lee terminó con una participación del 17 por ciento en la entidad combinada, haciéndolo el mayor accionista.
La empresa fusionada, ahora llamada Samsung C&T, es a su vez uno de los mayores accionistas de Samsung Electronics.
El Tribunal Central de Seúl emitió la orden de arresto el viernes temprano; podrían pasar hasta 18 meses antes de que se dé un veredicto.