Cuando hace mal tiempo y los días son cortos, los trabajadores pueden sentirse especialmente encerrados en la oficina y abrumados por el contacto constante con otros seres humanos. Más razón todavía para escoger un destino de vacaciones tan remoto e intocado por la modernidad que lo haga a uno sentirse verdaderamente solo.
Estos 10 lugares no tienen Wi-Fi ni señal de celular, y ahí hay muy pocos seres humanos. Vaya y active esa notificación de "fuera de la oficina y a la intemperie".
No suponga que este hotel es de alta tecnología sólo por su arquitectura de avanzada. Quedarse aquí implica no tener un ápice de señal o Wi-Fi en las habitaciones, hechas de madera clara y mobiliario artesanal de pared a pared. Véalo como un beneficio en vez de una desventaja; eso le permitirá concentrarse exclusivamente en el impresionante paisaje patagónico y los picos de las Torres del Paine a la distancia. Paquetes de tres días a partir de 2 mil 300 dólares por persona.
La mayoría de los campamentos de lujo en África ofrecen Wi-Fi, hasta en las carpas. Pero este campo elegante —propiedad del legendario guía Ralph Bousfield y ubicado en el corazón de las salinas de Kalahari— le garantizará dejar apagado su celular y llenarlo de vida silvestre. ¿La única desventaja del apagón de datos? No poder publicar esas fotos tiernas de suricatas hasta volver a casa. A partir de 990 dólares por persona por noche, todo incluido.
Un empleado servicial del romántico Jamtara Wilderness Camp, cerca del Perch National Park de India, que está lleno de tigres, nos dijo que si realmente queríamos agarrar señal con el celular, tendríamos que manejar un rato, bajar del coche y levantar bien alto el celular en el aire. Rechazamos amablemente su oferta y nos pusimos cómodos con un G&T bajo el baobab gigantesco para ver las estrellas. Habitaciones a partir de 588 dólares, todo incluido.
Llévese binoculares en vez de la laptop si se dirige a este oasis lleno de oseznos en Vancouver Island. Las transferencias obligatorias por hidroavión vuelven obligatorio el equipaje liviano, y tras aterrizar ya no hay señal ni Wi-Fi. Sólo osos. Montones de osos.
Arriba hay habitaciones sencillas pero cómodas, todas flamantes, con vistas del agua y la reserva silvestre. Abajo, platos caseros y vino local libre forman el contrapeso perfecto para los días en la naturaleza. Paquetes de tres noches a partir de mil 500 dólares por persona, todo incluido.
Cuando por fin se termina de perder el 3G en la región del norte de Chubut, en la Patagonia argentina, puede adivinar que llega lo bueno. Aquí, en Bahía Bustamante, encontrará una aldea donde antiguamente se cosechaban algas marinas y una estancia que se transformó en un hotel pintoresco con vistas panorámicas del Atlántico. Vaya a ver los pingüinos, las ballenas y los leones marinos por la península privada y protegida donde queda la estancia, sabiendo que el único motivo para llevar el celular es para hacer videos tiernos en cámara súper lenta. Tres noches a partir de mil dólares, doble, todo incluido.
La grácil ama de casa, Athena McAlpine, no quiere instalar Wi-Fi en su espectacular y único convento en Puglia, oculto en el corazón del sur de Italia. ¿Y por qué debería hacerlo? La casa es prácticamente un museo, lleno de obras de arte tribal y excentricidades recogidas de todo el mundo. Tampoco hay señal: las paredes seculares de metros de grosor de este antiguo monasterio impiden por completo que llegue. Es la excusa perfecta para relajarse en los divanes de la pileta, con una copa de rosé italiano en la mano, todo cortesía de su excéntrica anfitriona. Habitaciones a partir de 400 dólares, reservable por e-mail.
Incluso la capital de esta animada región de India, ubicada a 3 mil 350 metros de altura en el Himalaya, puede quedarse sin internet por días (o semanas). Nimmu House lo hace parecer glamoroso: fue un palacio real y ahora tiene tres habitaciones y cinco carpas lujosas con acceso a huertos de manzanas y albaricoques que parecen antiguos.
Desenchúfese. O salga de caminata por la sorprendentemente serena Ladakh. De cualquier manera nadie lo encontrará. Paquetes de dos días a partir de 240 dólares por persona, todo incluido.
Las vistas de la laguna azul desde la terraza de madera de su habitación ruegan salir en Instagram. Pero eso no es posible en Ratua Island, una isla privada ocupada íntegramente por un chalet de retiro en Vanuatu. Sin embargo, a usted no le importará: este refugio de lujo descalzo es más secreto y exclusivo que cualquier resort en la trillada Bora Bora o la abarrotada Fiji. Habitaciones a partir de 300 dólares.
La forma más mágica de llegar hasta esta antigua y encantadora pensión es a pie (mientras llevan su equipaje en un veloz Fiat Panda 4x4). Johanna, la excéntrica dueña de Briol, preservó el carácter de esta posada al no agregar ningún lujo moderno, lo que lo obliga a usted a concentrarse en la naturaleza del exterior. Con las sorprendentes vistas de picos montañosos tiroleses desde su balcón privado desaparecen los problemas. Habitaciones a partir de 105 dólares por persona, todo incluido.
Uno dirá que está “fuera de la oficina” en serio apenas salga de los límites de la ciudad de Ulán Bator y entre en la Mongolia rural. Quédese en un campamento cómodo como Jalman Meadows —con 14 carpas bien terminadas, muchas con ducha privada y cocinas de madera— y pase un tiempo con los nómadas que viven aquí. Desconectarse nunca se sintió tan zen. Los días se pasan entre caminatas por el parque protegido de vida silvestre Khan Khentii, donde queda el campo, la pesca en el río Upper Tuul, que queda cerca, y cabalgatas con los nómadas. A partir de 73 dólares por persona por noche, incluyendo comidas.