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A pesar de la burocracia cultural en el DF, "Viva Vivaldi" aún pervive

El Festival Internacional de Música de Verano llegó a la Ciudad de México para incrementar la oferta cultural; desde 2001, celebran la vida, obra y labor altruista del músico barroco más famoso de todos los tiempos, Antonio Vivaldi.

Pese a los ajustados pronósticos, el Festival Internacional de Música de Verano Viva Vivaldi llegó a la Ciudad de México para incrementar la oferta de actividades culturales que desde 2001 celebran la vida, obra y labor altruista del músico barroco más famoso de todos los tiempos.

"La inconsistencia de la política cultural en el Distrito Federal no ha logrado tumbar los esfuerzos que, desde hace 14 años se manifestaron con la inauguración del festival en la Sala José Revueltas del Centro Cultural Ollin Yoliztli", afirma Michael Meissner, director fundador del festival junto al entonces secretario de cultura Enrique Semo Calev, en 2001.

Para el director de origen alemán, pero naturalizado mexicano, en 2002, el cambio de funcionarios en las diferentes administraciones no permite dar una plena continuidad a los proyectos culturales establecidos desde hace algunos años, como es el caso del festival que año con año ve con preocupación la reducción del fondo orientado a su programa.

El festival toma el nombre del músico italiano Antonio Vivaldi porque, en palabras de Meissner, Vivaldi era compositor de música alegre. "Su música tiene una alegría descomunal. Nadie ha compuesto música tan alegre como él lo hizo, y esto es perfecto para el festival que año con año atrae la atención de públicos tan distintos, señala.

El programa del encuentro contempla la participación de la Orquesta Viva Vivaldi en el Centro Cultural Ollin Yoliztli (9 de agosto), y en el Casino Español los días 3, 10 y 17 del mismo mes. Además, los recitales contarán con la intervención de los directores polacos Maciej Zoltowski y Adam Klocek, quienes incluirán en su repertorio no sólo música barroca, sino también música mexicana del siglo XIX, y ejecutarán estrenos mundiales.

"Gracias a su interés por los niños, el festival ofrece talleres, obras de teatro, recorridos a museos y visitas a comunidades. Algunos de los museos son el Universum, el Museo de la Luz, el Museo Soumaya, el MUAC, entre otros, y esto es posible gracias a la colaboración de la Red in Topilhuan, expresión náhuatl que quiere decir nuestros niños", reconoce Michael.

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