¡Fuego en la cabina!
Todo el movimiento en la sala de control de la NASA se congeló en un instante. Un viento gélido cortó la respiración de mil personas en el Centro Espacial Kennedy. Los segundos comenzaron a estirarse, como si todo Cabo Cañaveral hubiese entrado a una dimensión extraña, alrevesada, inverosímil: frente a sus ojos, llamas engullían a tres astronautas. Y al sueño espacial.
Nadie lo vio venir, pero había estado ahí todo el tiempo. Siniestro polizón, en el asiento del comandante Virgil Gus Grissom acechaba la muerte del proyecto Apollo 204, la primera misión con que Estados Unidos pretendía llevar al hombre a la Luna.
El pasajero se acomodó. Fricción. Un cable pelado. Una chispa en un mar de oxígeno puro presurizado.
¡Fuego!
La alarma la dio el piloto comandante Edward Higgins White II, el primer estadounidense en caminar fuera de su nave -el Gemini IV- en la estratósfera, en 1965. Grissom y el piloto Roger Chaffee confirmaron la emergencia.
En tierra, los monitores corporales de los tripulantes mostraban las gráficas del terror: sus signos vitales al tope, la adrenalina desbordada, a punto para la huida.
"¡Sáquennos!", chilló el altavoz. Imposible. Plegarias. Súplicas. Gritos.
Los segundos eternos del vacío.
Veinticinco y medio, para ser exactos. Eso fue lo que duró el infierno antes de consumir la totalidad del oxígeno en el módulo de comando 012. La última voz se escuchó en el segundo 17.
Gus Grissom (izquierda), Ed White y Roger Chaffee (derecha).
El Apocalipsis recibió un nombre: Accidente del Apollo 204.
El reloj marcaba -tiempo de Florida- las 6:31:04 de la tarde del 27 de enero de 1967, cuando se informó de la tragedia, de acuerdo con el reporte oficial sobre el accidente que realizó el Comité de Ciencias Aeronáuticas y Espaciales del Senado.
Aquella fue una práctica previa al lanzamiento del vehículo, entonces identificado como Apollo Saturn-204 (o AS-204). El simulacro permitiría saber si el proyecto, que había costado hasta entonces 616 millones de dólares, estaba listo para llevar tripulantes al satélite terrestre.
La fatídica misión fue llamada oficialmente Apollo 1, en honor a Ed, Gus y Roger.
El programa fue suspendido. Pasaron más de 18 meses para que la agencia espacial recuperara el plan de mandar humanos al espacio, tras una exhaustiva labor de escrutinio y rediseño.
LA DISPUTA POR EL ESPACIO
Tras las misiones Mercury y Gemini -los dos primeros programas espaciales tripulados de la NASA-, Apollo debía llegar a la meta que el presidente John F. Kennedy señaló a la agencia en 1961: lograr el alunizaje de humanos y su regreso con bien a la Tierra, antes de que terminara la década.
Octubre, 1966. Grissom y su equipo en una práctica del Apollo en el Golfo de México.
Sería una victoria definitiva sobre la Unión Soviética en la carrera espacial que había comenzado entre ambas potencias en 1957, y en la que los soviéticos tomaron la delantera.
Aquella competencia canalizaba, en la era bipolar, las inversiones en investigación aeronáutica que habían comenzado en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, y simbolizaba una nueva forma de poder al desplazar la conquista hacia territorios siderales.
La URSS tomó la avanzada con el programa Sputnik, que lanzó tres vuelos orbitales entre 1957 y 1958; el más famoso fue el segundo, que llevó por primera vez a un animal fuera de la Tierra: la perra Laika, en noviembre de 1957. Luego vino el Vostok 1, en el que Yuri Gagarin se convirtió en el primer hombre en dar la vuelta a la Tierra, el 12 de abril de 1961.
Un año y tres días después de que la URSS colocara el primer satélite en órbita -el Sputnik 1-, Estados Unidos respondió con el inicio del proyecto Mercury, que llevó a John Glenn a ser el primer estadounidense en órbita, en 1962. Los soviéticos ya habían lanzado 48 misiones espaciales.
El funeral de Grissom, en Arlington, Georgia, el 31 de enero de 1967.
El programa estadounidense Gemini comenzó en 1965, y aunque sus logros no fueron tan sonados como los de su antecesor, sus aportaciones fueron determinantes para tocar la Luna, que representó la victoria definitiva de los norteamerticanos.
Rusia abandonó el objetivo lunar cuando el Apollo 11 descansó en el Mare Tranquillitatis, el 21 de julio de 1969, y el comandante Neil Armstrong caminó sobre su suelo, seguido de Edwin Buzz Aldrin. Con el piloto, Michael Collins, amarizaron en el océano Pacífico, cerca de Hawai, tres días después.
El programa Apollo continuó hasta 1975. Seis alunizajes en 15 años. Desde su inicio, en 1959, el costo total fue - según el sitio The Space Review- de 20 mil 400 millones de dólares. Unos 109 mil millones de ahora.