After Office

Cine en deshielo

Estados Unidos refuerza su presencia en el festival internacional del nuevo cine latinoamericano de La Habana. "La cosa humana", de Gerardo Chijona, rinde homenaje a cineastas estadounidenses.

En la era del descongelamiento, una de las cintas cubanas participantes en el 37 Festival Internacional del Nuevo Cine de La Habana rinde homenaje a cineastas estadounidenses. Se trata de la nueva entrega de uno de sus directores consagrados: La cosa humana, de Gerardo Chijona.

"La historia está escrita a partir de referentes cinematográficos y también de la literatura", comparte el realizador sobre el título que fue presentado en competencia de largometraje el pasado domingo. Woody Allen, los hermanos Coen, Francis Ford Coppola y Stanley Kubrick son algunos de los referentes en la cinta, para la que Chijona filmó escenas que de forma explícita o sugerida aluden a las películas que admira.

"La escena final, que es la despedida de dos muchachos, la filmamos tal como la hicieron Coppola y Gordon Willis en una cárcel en El padrino II", detalla el artista, que también rinde tributo a su cine nacional en esta película dedicada al recientemente fallecido director y guionista Daniel Díaz Torres. En otra escena, un ladrón comete sus fechorías disfrazado con una máscara del personaje de dibujos animados Elpidio Valdés, en un guiño a su director, Juan Padrón.

El festival es una oportunidad única de ver cine latinoamericano, pues lo que más se exhibe en la isla, paradójicamente, es el cine estadounidense, asegura Chijona.

"Como producto del bloqueo no hay relaciones comerciales, y las salas de cine y la televisión proyectan sus películas sin pagar ningún tipo de derechos. Aunque Cuba quiera comprar las películas, el bloqueo no lo permite", explica el director, quien filmará el año entrante Los buenos demonios, una producción sobre la actualidad de su país.

La renovación de relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana marca el ambiente de la más importante cita cinematográfica de la isla, que se celebra durante 10 días, hasta el 13 de diciembre. En ella se presenta incluso una selección de documentales producidos por HBO, entre ellos Mariela Castro's March: Cuba's LGTB Revolution, de Jon Alpert.

REENCUENTRO CON LA ACADEMIA
El 37 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana lleva en su lema una declaratoria. Un llamado, dice su presidente, Iván Giroud, a reflexionar sobre lo que es el cine como expresión del arte, pero también como espacio de sociabilización. Una selección de 444 cintas da cuenta del ánimo de diversidad del certamen. En el jurado figuran este año Geraldine Chaplin, Laurent Cantet y Michael Kutza, director del Festival de Cine de Chicago. Acuden además actores estadounidenses como Benicio del Toro e Ethan Hawke, y una delegación de la Academia de Hollywood.

"Estamos retomando una relación que se había interrumpido durante dos años (con la Academia)", dice Giroud en una entrevista publicada en el portal del festival. La Academia hollywoodense asiste con un proyecto específico: la restauración clásicos del cine cubano, comenzando con películas de Tomás Gutiérrez Alea.

La presencia de Estados Unidos en el festival habanero tiene historia. Jack Lemmon fue el primer ganador de un Premio Coral de Honor en esta muestra, que ha recibido a figuras como Michael Moore, los Coen, Oliver Stone, Spike Lee o Robert De Niro. Además, la organización trabaja desde hace muchos años con el Sundance Institute. "No es nada nuevo que los cineastas norteamericanos quieran venir al Festival", dice Giroud. "Todavía tienen que solicitar licencias, pero ya se sienten más seguros".

Con el deshielo, concluye Chijona, la perspectiva para el cine cubano es alentadora. "Si llega un momento en el que se normalicen las relaciones, el flujo se abrirá, sobre todo de compañías norteamericanas que están interesadas en filmar aquí. Puede ser otra mirada a la realidad cubana, que es lo suficientemente compleja para aceptar otros puntos de vista", concluye.

LA COSA HUMANA
La cinta narra la historia de un ladrón de bicicletas con aspiraciones literarias que enfrenta la persecución de un gángster a lo cubano (el gran actor Enrique Molina, que comparte créditos con Héctor Medina y Vladimir Cruz, entre otros) y, para pagar una deuda entre mafiosos, roba un manuscrito que envía a un concurso literario, en el que compite con el autor original del texto. Personajes como una policía que escribe poesía erótica o un violador justiciero, complementan la comedia.

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