Las horas pasan lentamente, lo que inició como una fiesta se va convirtiendo en una ceremonia larga y tediosa. El ánimo que estaba a tope cuando ingresó la carroza fúnebre con los restos den Roberto Gómez Bolaños Chespirito se diluye rápidamente.
Las olas porras y cánticos futboleros se apagan cuando el sonido local anuncia que la misa iniciará a las 15:00 horas. El entusiasmo no aguantó las cinco horas de espera y cuando monseñor Diego Monroy pidió aplausos "para despedir a un grande", las tribunas ya estaban semivacías. El monumental homenaje planeado tuvo un triste desenlace.
La misa católica a la memoria de Roberto Gómez Bolaños inició sobre la cancha del Estadio Azteca ante amigos, familiares y seguidores del artista mexicano, fallecido el pasado viernes a los 85 años.
La ceremonia oficiada por monseñor Diego Monroy, fue acompañada con los cánticos religiosos del tenor José Luis Duval. María Penella, nieta de Chespirito, leyó la primera lectura, mientras que Marcela, una de las hijas de Gómez Bolaños, tuvo a su cargo el Salmo.