El Monte Everest está contaminándose por culpa de los montañistas que llegan con la intención de llegar a su cumbre. La orina y excrementos de los más de 700 alpinistas que pasan hasta dos meses en las faldas de la montaña pueden provocar un contagio de enfermedades según Puspa Raj Katuwal, jefe de la asociación de alpinismo de Nepal.
La temporada de escalada del pico más alto del mundo (8,850 msnm) comienza esta semana y termina en mayo (el año pasado no hubo porque 16 guías murieron en una avalancha). Los escaladores llevan a cabo procesos de aclimatación que duran varias semanas, en los cuatro campamentos ubicados entre la base y la cúspide. Los excursionistas pueden usar tiendas y equipo básico, pero no hay escusados, por lo que los desechos llevan años acumulándose.
En el primer campamento hay más personal de auxilio y baños, pero en las bases más alejadas la gente cava en la nieve para esconder heces y orina, mientras otros suben con bolsas desechables.
El gobierno nepalí aprobó una ley que obliga a que cada persona que intente llegar a la cima, deberá bajar con ocho kilos de basura, cantidad promedio que produce alguien en el camino. Además, cada equipo que intente subir tendrá que dejar un depósito de 4 mil dólares, y si no cumplen con las normas, perderán ese dinero.
El riesgo sanitario consterna a las autoridades locales y se redoblarán esfuerzos para limpiar al Everest, monte superado por más de 4 mil personas, pero conquistado por primera vez por el neozelandés Edmund Hillary y el sherpa Tenzing Norgay, en 1953.