La sofisticación de las bebidas y de los paladares de los comensales ha llevado a ampliar la gama de aquellas que se sirven en la mesa para brindar un gran cierre a la comida.
En la actualidad aún se les conoce como digestivos, pero no todos cumplen esa función, por lo que en otros países el término ha cambiado a After dinner drink.
"En sus inicios eran licores o destilados que te ayudaban a facilitar la digestión, la mayoría de éstos tienen hierbas y especias con propiedades antinflamatorias y digestivas, como el anís o el Chartreuse. Hoy echarte un Baileys o un Zacapa después de comer se ha convertido en digestivo", explica Sandra Fernández, la sommelier con mayor número de certificaciones en el país.
Los destilados de hierba para uso medicinal empezaron a elaborarse después del siglo XI con el desarrollo de los alambiques en la alquimia árabe. Pocos siglos después, los árabes introdujeron esta técnica en Europa.
"Quienes lo proliferan son los monjes y los alquimistas, ellos tenían laboratorios incipientes para destilar y concentrar las hierbas para hacer las medicinas. Muchos licores de hierbas, como el Bénédictine o el Chartreuse, provienen de los monasterios y hasta la fecha se desconocen las recetas", dice la experta avalada por la Society wine educators de Estados Unidos.
Sandra Fernández opina que, además de los destilados de hierbas, los que se preparan del vino – coñac, armañac o brandy - también ayudan a estimular la digestión y la circulación sanguínea en el estómago por su alto contenido de alcohol .
Asimismo se sirven después de tomar otros licores, vinos y destilados que no necesariamente tienen alguna propiedad "medicinal". Entre los After dinner drinks se pueden contemplar los vinos fortificados, los derivados del hollejo, los vinos de postres y las cremas. Algunos de ellos no ayudan a la digestión por tener una gran cantidad de azúcar o simplemente por no contar con algún ingrediente digestivo, pero sicológicamente sirven para quienes gustan cerrar su consumo de alimentos con algo dulce.
Y los que prefieren terminar con un toque amargo y equilibrado en boca, se pueden tomar un whisky, bourbon o escocés que sea complejo: single malts, ahumados y turbados como el escocés Laphroaig.
La sommelier recomienda finalizar después del consumo de platillos con mucha grasa y muy pesados, como un lechón o una fabada, un orujo o una grappa, por ser bebidas secas, con un alto contenido de alcohol y no muy aromáticas. Pero el comensal se puede dar el lujo de terminar una comida ligera con algo más dulce como una crema, un vino fortificado, un jerez o un oporto, incluso tomar un carajillo con café y Licor 43.