Mencionar el nombre de Carolina Herrera implica hablar de un glamour eterno. Pero para la diseñadora, la moda es, en sus propias palabras, "lágrimas, enojos y angustias".
"Después de 30 años, hemos ido lejos, pero he trabajado muy duro, porque no es fácil. Creen que la moda es fácil y glamurosa cuando se ve desde afuera, pero la moda no es fácil", afirmó la diseñadora durante una rueda de prensa en la Ciudad de México.
Aunque no precisó sobre sus malas experiencias o dificultades, sí dijo quiénes la han ayudado a forjarse una exitosa carrera que incluye una compañía de alta costura, trajes de noche, ropa casual y fragancias: "La fórmula del éxito son las mujeres y hombres que compran todo lo que yo hago", dijo entre risas.
Con mayor seriedad, Carolina Herrera reveló que su espiritualidad y su familia la han mantenido a flote. "Lo más importante, que lo tengo muy bien, es mi familia: hijas, nietos y bisnietos. Eso va primero, luego viene lo que hago. Y lo que estoy haciendo también va bien", expresó. "Tengo mucha fe, rezo mucho y voy a misa todos los domingos. Claro que te sostienes mucho cuando tienes fe".
Reconocida por sus exquisitos trajes de noche y por personificar la eterna elegancia con su clásica camisa blanca y el cabello perfectamente arreglado, Herrera saltó al mundo de la moda en la década de 1970, cuando se destacó en Nueva York como una de las primeras diseñadoras de origen latinoamericano.
En ese entonces también se hizo un nombre el recientemente fallecido creador dominicano Oscar de la Renta, con quien mantuvo una amistad cercana.
"Oscar era más que un amigo, era familia", señaló solemnemente. Su deceso "fue una cosa tristísima en la vida nuestra y de todos los diseñadores porque Oscar fue un diseñador que dio mucho por la moda en el mundo con toda su elegancia y estilo".