After Office

Opera, una cafetera para dar armonía a la taza

La cafetera "Opera" es la ideal para obtener una taza de café perfecta. Luis Carlos Fernández, director de SanRemo México, platica con EL FINANCIERO sobre las bondades de este aparato. 

En octubre de 2013, se dio el lanzamiento en Italia de la cafetera Opera, la cual dicen los expertos ha iniciado "la revolución" en el mundo de las cafeterías. Con 40 años de experiencia, SanRemo, una de las empresas más antiguas en el ramo, logró cambiar muchos de los paradigmas de la industria.

"Rompe todas las ideas que se tenían sobre la hechura y fabricación del café, porque nos permite realmente hacer recetas que normalmente en una máquina de espresso no se podía; nos da sabores que no estábamos acostumbrados a crear, cosa que está haciendo que los productores, los tostadores y los vendedores de café utilicen esto como una herramienta para generar recetas, que pueden ser tan automáticas o tan manuales como el barista lo desee", platica Luis Carlos Fernández, director de SanRemo México.

Es ahí donde entra la experiencia de los baristas, quienes se darán a la tarea de desarrollar los perfiles de taza y memorizarlos para que quienes manejen estos aparatos puedan replicarlos en sus negocios.
"Lo que se tiene para cafeterías y restaurantes con esta máquina, es una altísima calidad en la taza, una facilidad en todos los sentidos operativos, como lo son todas las ventajas de ser estables térmicamente", agrega Fernández.

Opera, The Revolution, es la culminación de cinco años de exhaustivas investigaciones para lograr "la perfección" en cada taza. Para ello fue necesario reunir a un grupo de baristas, técnicos e ingenieros –todos ellos apasionados del café, llamados por la empresa italiana los Once magníficos— para diseñar lo que pensaban era el mejor instrumento para elaborar esta bebida.

"A partir de su salida al mercado todo mundo voltea a ver a SanRemo como una firma vanguardista que cuenta con la máquina más bonita, más eficiente, más estable, la mejor del mundo", agrega el directivo.

Lo que este artefacto le ofrece al cliente final es la experiencia de, sabores que no está acostumbrados a obtener de una máquina tradicional, de una manera muy sencilla, artesanal, pero a la vez la automatización de lo que el operador de la misma o el barista creó. Incluso podrá decidir el sabor que va a obtener un mismo grano gracias a su versatilidad, así como por sus cualidades técnicas.

"Opera, como se le llamó, ya que lo compararon con una pieza de 11 personas que crearon una obra maestra, no es lo que busca el mercado. No esperamos a que nos dijeran qué era lo que querían, sino que nos dimos a la tarea de crear algo que el barista pide", destaca Luis Carlos Fernández.

"Hemos cambiado varios paradigmas al lograr que las máquinas no fueran un asunto muy costoso y que se pudiera invertir en un negocio con poco dinero para empezar a obtener ganancias económicas gracias al café".

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