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Las implicaciones del regreso de los hombres al nado sincronizado

Aunque es poco probable que los hombres compitan en los próximos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, cada vez hay más apertura en esta disciplina que está acostumbrada a la estética femenina. 

El nado sincronizado tiene una esencia tan femenina que a quienes lo practican les llaman sirenas. Por eso ha sorprendido ver hombres realizando rutinas en los Mundiales de Natación de Kazán 2015. Desde mediados del siglo XX, el sexo masculino ha sido excluido en los programas internacionales. Pero ya no más. Así lo decidió la Federación Internacional de Natación (FINA) el año pasado. Ahora sólo queda ver qué nuevas concepciones estéticas y retos físicos surgirán a raíz de este cambio, asegura en entrevista la jalisciense Nuria Diosdado, la mejor representante que tiene México en este deporte.

A esta disciplina, integrante del programa olímpico desde 1984, también se le conoce como ballet acuático. Desde hace décadas, los movimientos artísticos que califican los jueces provienen del cuerpo femenino.

Diosdado cree que no habrá cambios en el reglamento. En primera, porque por ahora las pruebas son mixtas: el hombre siempre nada al lado de una mujer. Y en segunda, porque los jueces deben valorar los mismos recursos técnicos, como la sincronización, los movimientos y la ejecución.

"El nado sincronizado fue diseñado para ser practicado por ambos sexos, pero la Unión Atlética los separó porque pensó que el hombre tenía ventaja. Y la realidad es que es todo lo contrario", dijo a la BBC el ex nadador estadounidense Bert Hubbard.

Es justo el tema de la resistencia física el que ha causado más polémica. La densidad ósea del cuerpo masculino es mayor, lo cual merma el flote en el agua. "Creo que las mujeres tenemos ventaja porque contamos con más fluidez y desenvoltura a la hora de apreciar las rutinas. Sin embargo, ellos tienen mucha más fuerza física. En eso tendremos que ponernos a trabajar más. Es justo que no compitan hombres contra mujeres. Por ahora las pruebas son mixtas y el balance ha sido bueno", afirma Diosdado, medallista de plata en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015.

La coreografía es uno de los elementos que más se valoran en el nado sincronizado; es como un teatro en el agua. En este sentido, dice Diosdado, la incursión de los hombres detonará una nueva concepción estética del deporte.

"Ahora se podrán mostrar historias y rutinas nuevas que combinen la fuerza y el porte de los hombres con la delicadeza femenina. Creo que estamos ante un giro importantísimo del nado sincronizado. El efecto entre nosotras ha sido muy favorable", asegura la atleta de 24 años.

Diosdado se encuentra en Kazán, Rusia, participando en los Mundiales de Natación. Ayer se colocó, junto con la yucateca Karem Achach, en el décimo lugar de la competencia en la categoría de dueto técnico. El próximo sábado participará en la final de rutina libre combinada. Comenta que lo más atractivo del torneo son las nuevas rutinas de los hombres, quienes han participado con las mejores ex nadadoras del mundo, como Gemma Mengual o Virgine Dedieu.

"En México no hay hombres que practiquen nado sincronizado. Sería ideal comenzar a prepararlos para que nos representen en un futuro. Hay que aprovechar que es una categoría nueva, donde prácticamente todos los competidores arrancarían desde el mismo nivel", sostiene.


Para practicar esta disciplina se requiere ser multidisciplinario: 

De seis a ocho horas diarias, las nadadoras toman clases de:

- Danza
- Música
- Natación
- Expresión corporal
- Pesas
- Jogging
- Gimnasia
- Acrobacia

Habilidades especiales:

-Aguantar la respiración por mucho tiempo
- Ver con los ojos abiertos debajo del agua
- Aprender a comunicarse sólo con gestos
- Escuchar la música debajo del agua

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