El hallazgo de un esqueleto humano que data de 12 a 13 mil años atrás, hasta hoy el más antiguo y completo que se ha encontrado en América, confirma que los nativos del continente tienen su origen en aquellos migrantes que bajaron por lo que ahora es Siberia, por el estrecho de Bering, y que las mutaciones en sus rasgos se debieron a una microevolución para adaptarse a las condiciones de su nueva tierra.
El resultado de la investigación espeleológica realizada en una cueva inundada en Quintana Roo, que en 2007 encontró los restos humanos, fue dado a conocer hoy en esta ciudad por la directora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Tersa Franco, y miembros participantes del proyecto.
Se trata de una mujer de unos 15 años de edad, que probablemente cayó, en busca de agua, a un cenote que hoy es una cueva sumergida a con un fondo de 50 metros de profunidad, explicó en rueda de prensa Pilar Luna, codirectora del Proyecto Espeleológico Tulum (PET). Los años de antigüedad de los restos confirman su linaje asiático Beringio y lo vincula con migraciones siberianas.
Especialistas consideran que se trata del esqueleto más completo y genéticamente intacto que se ha encontrado en América, cuyos restos son los más antiguos localizados en el Nuevo Mundo.
Un equipo de buzos especialzados, Alberto Nava, Ricardo Chávez y Alex Álvarez, realizaban una exploración para mapeo en un cenote cercano a Tulum, cuando dieron con una bóveda tan oscura que la nombraron Hoyo Negro.
Ahí encontraron restos de animales como un tigre dientes de sable, un perezoso gigante, un gontoferio (una especie de elefante) y un murciélago frutero entre 26 especies de mamíferos del pelistosceno tardío.
"Fueron detectando algunos huesos y Alex apuntó a un cráneo", narró Luna, arqueóloga pionera de la arqueología subacuática en México. Le llamaron "Naia", en honor a la ninfa Náyade de la mitología griega, guardiana de las aguas dulces.
Los resultados que confirman la antigüedad de la joven del Hoyo Negro fueron dados a conocer hoy en línea por la revista Science, que publicará la investigación en su número impreso de este mes.
Del los procedimientos para datar la osamenta, destaca la precisión que proveen pruebas como el análisis de ADN mitocondrial, en cuyo código genético se pueden rastrear linajes muy antiguos, así como Carbono 14 y Uranio Torio.
En el estudio participan además James Chatters, antropólogo y paleontólogo de Applied Paleoscience and Direct AMS, reconocido mundialmente por el descubrimiento del Hombre de Kennewick; Dominique Rissolo, arqueólogo del Insituto Waitt. El proyecto ha recibido apoyo también de The National Geographic Society, el Archaeological Institue of America y la Natural Science Foundation, entre otras instancias.
Para Luna, este descubrimiento coloca a México en una posición sobresaliente respecto a la oportunidad que Hoyo Negro pone sobre la mesa para comprender el eslabón entre los primeros pobladores de América y los grupos indígenas de hoy.
La investigación se realiza a través del Proyecto Arqueológico Subacuático Hoyo Negro, en Tulum, Quintana Roo.
"Hoyo Negro es una cápsula de tiempo que ha conservado la información sobre el clima y la vida humana, animal y vegetal que existían al final de la última era de hielo", sostuvo el doctor Chatters.
En tanto, el doctor Rissolo afirmó que "los cenotes y las cuevas inundadas de la Península de Yucatán son las fuentes más prometedoras para el estudio del hombre Paleoamericano".
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) publicó en su cuenta de Twitter dos fotografías de la expedición en Hoyo Negro:
Encuentran en Hoyo Negro posibilidades para estudiar origen de hombre americano #boletínINAH http://t.co/jDoFJ1nsZP pic.twitter.com/2JauwAnTj4
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El esqueleto humano descubierto en el sitio arqueológico Hoyo Negro tiene aprox. 13 mil años #hallazgo #QRoo #INAH pic.twitter.com/E5uPnMiLw6
— INAH (@inah_mx) Mayo 15, 2014