After Office

Reporteros: los robots nos acechan

Es verdad que una máquina no puede realizar el trabajo más profundo del periodismo, pero al menos en ese nicho del análisis de datos y desempeño empresarial, la máquina ha marcado territorio y no lo hace nada mal.

Reconozco que me preocupé la primera vez que vi una nota hecha por un robot. No sólo porque un sistema automatizado haya generado una pieza de información, algo que por sí solo es relevante y cambia la manera de entender el rol de las máquinas en la redacción, sino por la forma en que la pieza estaba escrita.

La nota trataba sobre el reporte financiero de una empresa (no recuerdo cuál) y cumplía con todos los elementos que se exigen en un artículo periodístico básico. Además, el "reportero" automatizado realizó comparaciones con empresas del mismo ramo, evaluó la tendencia del valor de la acción de la compañía y generó una serie de gráficos que acompañaban el texto. La redacción era impecable.

Sentí temor. Hace apenas siete años, en 2010, obtuve mi primer empleo en un periódico (Reforma) y una de mis primeras asignaciones fue escribir las notas de los reportes financieros del sector de telecomunicaciones. Tenía que revisar cada página del reporte en busca del ángulo correcto, evaluar los datos y descargarlos en una hoja de cálculo para sacar los comparativos.

Había que leer varias veces algunos puntos específicos de la entrega para evitar errores en la interpretación de los datos y los conceptos, y luego escribir con claridad y precisión.

Todo el proceso tomaba más de una hora. ¿Cuánto tiempo le toma al sistema automatizado en 2017 hacer ese mismo trabajo? Apenas minutos. El asunto preocupa porque los robots nos acechan cada vez con más fuerza.

Es verdad que una máquina no puede realizar el trabajo más profundo del periodismo, pero al menos en ese nicho del análisis de datos y desempeño empresarial, que muchos explotamos al inicio de nuestra carrera en las secciones de economía y en el que varios reporteros actualmente siguen clavados, la máquina ha marcado territorio y no lo hace nada mal.

*El autor es coeditor de Bloomberg Businessweek México

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