El ex delantero paraguayo del América Salvador Cabañas anunció hoy su retiro definitivo del futbol, pues admite: "ya me cuesta mucho trabajo entrar en ritmo para jugar".
Cabañas, de 33 años, jugaba en el Tanabi de la cuarta división de Paraguay. Su descenso deportivo comenzó en enero de 2010, cuando recibió un balazo en la cabeza en el "Bar", un establecimiento ubicado en la avenida Insurgentes, al sur de la Ciudad de México.
El accidente lo dejó con severos problemas motrices y, hasta el día de hoy, no ha podido superar los estragos de aquella noche de copas. Por eso su retiro es inminente.
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En febrero pasado, la prensa internacional reveló que, a cuatro años de la agresión, Salvador Cabañas vivía en Asunción ayudando en la panadería de sus padres para poder sobrevivir.
Las imágenes del ex ídolo de Las Águilas cocinando pan dulce le dieron la vuelta al mundo, señalando al club América (propiedad de Emilio Azcárraga Jean) como una empresa que no protegió los derechos laborales del paraguayo.
"Cuando sucedió aquello (el disparo) yo había firmado un precontrato por 1.7 millones de dólares para una transferencia a Europa. Me dijeron que mi destino sería el Manchester United. Pero el América me retuvo. Me dio un departamento en Acapulco y otro en Cancún. Hasta me dobló mi salario", señaló Cabañas.
Su padre Dionisio aseguró a la prensa que, tras el accidente, todos se aprovecharon de su hijo: "su propia pareja, su representante, su abogado", acusó.
La versión de don Dionisio es aprobada por el propio Cabañas, quien en ese entonces afirmó que la directiva del América lo hizo "firmar con la impresión digital de los dedos" pese a que aún no se encontraba pleno de sus facultades mentales. Además, denunció, el club le prometió una indemnización, la cual supuestamente fue cobrada por la que en ese tiempo era su esposa.
Así se retira Salvador Cabañas de las canchas: con un proyectil que le destrozó su carrera deportiva y que aún permanece dentro de su cabeza.
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Con información de AP