Shakespeare, en perspectiva de género

Una irreverente lectura de Ricardo III de William Shakespeare, en la que la protagonista es una mujer, es una disertación sobre la victimización y la sumisión al poder, explica Ana Francis Mor, directora de la puesta que, bajo el título de Para soñar que no estamos huyendo se presenta en temporada en el Teatro El Galeón.

"Entre que somos guadalupanos y conquistados, México es un país especializado en el tema y las mujeres tenemos maestría. Dentro del patriarcado, el rol que nos toca jugar es el de las víctimas y por medio de la manipulación es que ejercemos nuestro poder. Ahora, si bien en cierto que somos como capataces, no somos las dueñas de la finca, el poder es desigual".

En esta pieza, la esposa del monarca escapa para salvar su vida, amenazada por el rey. "Es un personaje basado en Lady Ann, la mujer a la cual Ricardo le mata al marido y en el velorio la seduce y se casa con ella", puntualiza la teatrera.

Como en todo su trabajo en teatro y cabaret, esta versión de Ricardo III está planteada desde una perspectiva de género. "Me gusta mucho la dimensión de lo shakespeareano, la dimensión trágica, amorosa, cómica, la dimensión de lo humano que plantea el autor en sus obras, y vale la pena reinterpretarlas", asegura la artista, quien en 2001 montó una versión de La noche de Epifanía, bajo el título La noche que raptaron a Epifania, o Shakespeare, lo siento mucho, con dramaturgia de Gerardo Mancebo del Castillo; también ha dirigido Titus Andrónicus y un espectáculo de improvisación de toda la obra de Shakespeare con su compañía de cabaret Las reinas chulas.

Y es que, argumenta, en la narrativa, los personajes femeninos no se ocupan de las grandes reflexiones humanas. "Ofelia no pasa de disertar sobre cuánto ama a Hamlet". En cambio, en su montaje basado en Ricardo III, la protagonista descubre de golpe la realidad.

"Es como si un día La Gaviota (la esposa del presidente Peña Nieto) despertara con una amenaza de muerte y tuviera que huir, pero atravesando el país, no sobrevolándolo en helicóptero, sino dándose cuenta de la miseria de los pueblos, de las manchas de la desnutrición, las distintas culturas en cada región. ¿Cómo cambiaría su visión de sociedad, de poder, de pobreza, de justicia?".

Esta tragicomedia en tono realista no escapa a la vocación cabaretera de Ana Francis Mor. "El cabaret está en la dimensión de lo político. La puesta combina el lenguaje shakespeareano con el lenguaje popular mexicano y genera otra narrativa, pero también corresponde a la realidad desde la comprensión política que me ha dado el cabaret. Tiene momentos muy divertidos, cómicos, que creo que se me da bien".