Tatiana Calderón y su batalla personal

Tatiana Calderón recuerda que siempre le gustaron los deportes. La piloto de reserva de Sauber practicó futbol, equitación, golf y tenis. Le atraían, pero ninguno logró atraparla. Todo cambió cuando Paula –su hermana y hoy mánager– la llevó con sus amigos a correr en un circuito de karts en su natal Bogotá. Apenas tenía 12 años.

"Cuando me subí al kart sentí la velocidad y una adrenalina que no había sentido nunca en mi vida. Me quedé maravillada. Desde ese día quise competir en las pistas de carreras y emular a Juan Pablo Montoya, que en aquel entonces corría con McLaren en la Fórmula Uno. Curiosamente el serial en el que empecé mi carrera (Easy Kart), era propiedad de su padre. Todo estaba conectado", cuenta.

Calderón es una de las 10 pilotos que han formado parte de alguna escudería de la Fórmula Uno. Es la segunda –junto con la española Carmen Jordá (Renault) – que está registrada en el serial en la actual temporada, pero es la primera latinoamericana que tiene un puesto de reserva en la máxima categoría y busca ser la primera que corra un Gran Premio.

"En todos los seriales sufrí comentarios machistas", revela, al tiempo que asiente con la cabeza que también lo ha padecido en la F1. "Había pilotos en otros seriales que me decían: 'Nada mal para ser mujer'. Antes me enojaba, ahora sé que la mejor respuesta es ganarles en la pista. Algunos no soportan que una mujer sea más rápida que ellos".

La charla se realiza dentro del Autódromo Hermanos Rodríguez. Dice que le sorprendieron los pits, la pista y el resto de las instalaciones con las que cuenta el complejo de la Ciudad de México. Pregunta cuántos circuitos existen alrededor de la República Mexicana. Cuando se entera que hay más de 12 se sorprende. En Colombia –compara– sólo existen el Autódromo XRP Race Line, ubicado en Cajicá, en el centro del país, y el de Tocancipá, en Bogotá.

"Con la presencia de Montoya hubo un boom de automovilismo en el país. Pero cuando él se fue de la máxima categoría (2006) se esfumó paulatinamente. Lo anterior me complicó el camino. Mis padres me permitieron irme a estudiar la preparatoria a Estados Unidos, en donde alterné las carreras. Cuando terminé mis estudios, continué de tiempo completo en las pistas. Incluso tuve opciones para participar en los campeonatos estadounidenses profesionales", destaca.

Descartó esa posibilidad, porque no encontraba las oportunidades para emigrar a los seriales que impulsan a los pilotos a la F1. Regresó a Colombia donde vivió algunos meses, hasta que sus papás la mandaron a Madrid para que participara en los certámenes europeos. Inició con el equipo de Emilio de Villota –piloto español que corrió en la máxima categoría de 1976 a 1982– en la Fórmula 3 Europea de 2011 a 2013, año en el que también participó en el la Fórmula 3 Británica. En 2014 volvió a la F3 Europea. Al año siguiente participó en la Challenge Fórmula 2000 y en 2016 en la Fórmula 3 Española y la GP3.

"En todos los campeonatos me enfrenté con problemas en los monoplazas. Todos están diseñados para hombres que midan más de 1.70 metros y soy seis centímetros más chica que esa medida. Lo anterior me obligó a improvisar plataformas que me amarraba en los tenis para que pudiera alcanzar el acelerador y el freno. Es muy incómodo y es difícil calcular la fuerza adecuada en los pedales. Es un hecho que en la mayoría de los seriales no están diseñados para las mujeres", asegura.

La etapa en España fue dura en el terreno personal para la colombiana. Dice que era la primera vez que vivía sola. No sabía cocinar y realizar otras actividades domésticas cotidianas. Tuvo que aprender a valerse por sí misma. En el automovilismo –relata– recibió ayuda de María de Villota, ex piloto de pruebas en 2012 de la escudería Marussia e hija de Emilio, también piloto de la Fórmula Uno. Ella se convirtió en un soporte.

"Pero en 2013 falleció víctima de las secuelas de un accidente en el que perdió su ojo derecho en 2012. Fue un golpe muy duro, porque ella entendía mi sueño y lo que se necesita para llegar a la F1", añade.
Pese a los momentos difíciles, registró 66 puntos en la temporada 2016 de la Fórmula 3 Española. Fueron suficientes para que Monisha Kaltenborn –entonces directora de Sauber de la F1 le ofreciera un contrato para la presente temporada como piloto de pruebas en la escudería.

No recibió las oportunidades que esperaba. En lo que va de la campaña no ha participado en ninguna carrera, clasificación y ni siquiera probó el auto en los entrenamientos libres. Sólo ha trabajado en el simulador. En cambio, Antonio Giovinazzi, Nobuharu Matsushita y Gustav Malja –los otros pilotos de pruebas del equipo– estuvieron, al menos, en los entrenamientos libres en Hungría y Brasil. Para colmo, Kaltenborn fue removida de su cargo a la mitad de este año.

"No sé lo que vaya a pasar en el futuro, porque al terminar el Gran Premio de Abu Dhabi –que se correrá este fin de semana– terminará mi contrato. Pero mis sueños siguen intactos. Mi meta es correr en la Fórmula Uno, primero para cumplir mi meta de toda la vida y, en segundo plano, para convertirme en una referente para las mujeres. Tampoco me cierro para otros seriales. Si hay una buena opción la analizaré", dice.

No tardó mucho en encontrar una buena alternativa. La semana pasada acordó correr con la escudería RP Motorsports en la última fecha de la Fórmula 3.5 V8, que se desarrolló en Bahréin el domingo pasado. Tuvo un desempeño brillante. Subió al podio luego de que terminó en tercer lugar y registró el mejor resultado para una piloto en la historia del serial.

"Tengo la capacidad para correr en la Fórmula Uno. Sólo debo mostrarme para ganarme una oportunidad. Estoy segura que mi desempeño me abrirá las posibilidades", afirma.